Siglo XXI

‘Mobbing’: la cara oculta del trabajo

El acoso laboral, también conocido como ‘mobbing’, es una realidad perturbadora que puede aparecer en diferentes entornos de trabajo. Según la OIT, alrededor del 22% del total de la población mundial lo sufre actualmente.

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09
julio
2024

Entre 2008 y 2009, 19 trabajadores del gigante de las comunicaciones France Télécom (hoy Orange) se suicidaron, otros 12 lo intentaron y 8 más estaban sufriendo de depresión. Como uno de los casos más notorios de acoso laboral que se han visto, sacó a la luz las consecuencias de un ambiente de trabajo tóxico. Los empleados estaban sometidos a una presión extrema para cumplir con objetivos inalcanzables y eran víctimas de constantes humillaciones y abusos por parte de la dirección. La investigación judicial concluyó que la empresa había implementado una política de gestión que llevaba deliberadamente a los empleados a un estado de sufrimiento psíquico. En 2019, varios exdirectivos de la empresa fueron condenados por acoso moral institucional.

El término mobbing fue desarrollado por Heinz Leymann en los años 80. El psicólogo alemán afirmaba que el mobbing parte de una situación inicial de conflicto entre dos partes, pero –y esto es significativo– hay una posición asimétrica de poder. Normalmente la parte acosadora tiene más recursos, alianzas, antigüedad, soporte, una posición jerárquica superior, etc., que la persona acosada, lo que además le permite alargar la situación en el tiempo.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el acoso laboral como: «La acción verbal o psicológica de índole sistemática, repetida o persistente por la que, en el lugar de trabajo y en conexión con el trabajo, una persona o un grupo de personas hiere a una víctima, la humilla, ofende o amedrenta».

Entre las acciones más comunes que constituyen este comportamiento se encuentran llamadas y mensajes a deshora que imponen tareas urgentes o simplemente buscan interrumpir el tiempo personal del empleado. También situaciones en las que un superior o compañero grita o ridiculiza a la víctima frente a otros colegas, socavando su autoestima y profesionalismo. El aislamiento social y profesional es otra forma de acoso, que consiste en excluir a la persona de reuniones, eventos importantes o decisiones relevantes, limitando sus oportunidades de crecimiento y desarrollo. La sobrecarga de trabajo, con tareas excesivas o plazos imposibles de cumplir, con el fin de generar estrés y desgaste, es otra manifestación común.

Estos comportamientos no solo afectan la dignidad y la salud mental de la víctima, sino que también deterioran el ambiente laboral y la productividad de la organización.

Entre las acciones más comunes del ‘mobbing’ están las llamadas y mensajes a deshora, el aislamiento, la humillación y la sobrecarga de trabajo

Los estudios sobre el acoso laboral han demostrado su prevalencia y las graves consecuencias que tiene tanto para los individuos como para las organizaciones. Según el informe Preventing and Addressing Violence and Harassment in the World of Work through Occupational Safety and Health Measures de la OIT, alrededor del 22% del total de la población mundial sufre actualmente mobbing, una cifra que representa unos 743 millones de personas. El estudio señala que este problema puede existir en todo tipo de lugares de trabajo, pero también puede producirse durante los desplazamientos, los viajes relacionados con lo laboral, los eventos, las comunicaciones digitales, las actividades sociales y en las oficinas en casa.

Según el último informe de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo de 2021, alrededor del 22% de los trabajadores europeos ha sido testigo de acoso laboral en su entorno de trabajo, y aproximadamente un 15% de los españoles se han visto sometidos a al menos una situación de acoso laboral a lo largo de su vida.

La alta incidencia a nivel mundial, junto con la gravedad de las consecuencias para las víctimas y su impacto en todos los sectores sociales, exige una detección temprana y medidas preventivas. Distintos organismos han tomado medidas, especialmente en los últimos años, ante este problema. La adopción del Convenio de la OIT sobre la violencia y el acoso, 2019 (núm. 190) y su Recomendación (núm. 206) fueron un hito importante en el compromiso internacional de garantizar el derecho a un lugar de trabajo libre de violencia y acoso. En 2022, la Conferencia Internacional del Trabajo reforzó este compromiso al incluir un entorno de trabajo seguro y saludable entre los derechos fundamentales contemplados en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

Diversos estudios han demostrado que el acoso tiene efectos sociales, pero sobre todo personales. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de España (INSST) ha realizado investigaciones que destacan la importancia de abordar y acabar con el acoso laboral. Según sus estudios, las víctimas de acoso laboral tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de estrés postraumático, depresión y otros problemas de salud mental. Además, está asociado con un aumento del absentismo laboral y una disminución de la productividad, lo que además tiene un impacto negativo en las empresas.

Es esencial que las organizaciones implementen políticas claras contra el acoso laboral, promuevan un ambiente de trabajo respetuoso y proporcionen canales de denuncia seguros y efectivos. La prevención y la intervención temprana son claves para combatir el mobbing y proteger la integridad de los trabajadores.

La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo propone una serie de medidas para prevenir y luchar contra el acoso en el trabajo. Algunas estrategias efectivas incluyen establecer políticas de tolerancia cero al acoso laboral y asegurarse de que todos los empleados las conozcan y comprendan. También es crucial proporcionar formación regular a todos los empleados sobre qué constituye el acoso laboral y cómo reportarlo. Implementar mecanismos seguros y confidenciales para que las víctimas puedan denunciar el acoso sin temor a represalias es otra medida importante. Además, realizar investigaciones exhaustivas e imparciales sobre las denuncias de acoso y tomar medidas disciplinarias contra los responsables es esencial. Finalmente, es necesario ofrecer apoyo psicológico y asesoramiento a las víctimas de acoso para ayudarlas a recuperarse y continuar con su vida profesional.

El acoso laboral es una problemática grave que requiere una atención y acción decididas por parte de las organizaciones. Al reconocer las múltiples caras del acoso laboral y adoptar medidas proactivas es posible crear entornos de trabajo más seguros y productivos para todos los empleados.

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