Siglo XXI

«Siempre han existido ideologías reaccionarias, las redes sociales no las han inventado»

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Luke Marantz
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27
marzo
2023

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Luke Marantz

Las redes sociales han cambiado por completo la política, pero no siempre de forma positiva. Para analizar esta transformación, Andrew Marantz, periodista de ‘The New Yorker’, ha examinado cómo los empresarios de Silicon Valley se propusieron crear «un internet libre y democrático» y «los cínicos propagandistas de la extrema derecha lo aprovecharon para impulsar sus ideas» en la era de Donald Trump. Durante varios años, el reportero ha estado inmerso en dos mundos. Por un lado, el de los emprendedores de las redes sociales, quienes, «actuando con ingenuidad y ambición imprudente», crearon nuevos medios para recibir y transmitir información. Y por el otro, el mundo de las personas a las que él llama «los intrusos»: los conspiradores, los supremacistas blancos y los ‘trolls’ nihilistas. Fruto de toda esta investigación nace ‘Antisocial. La extrema derecha y la libertad de expresión en internet’ (Capitán Swing), un libro que revela cómo se han borrado las fronteras entre tecnología, medios y política.


Los trolls de extrema derecha llevan años contaminando las redes sociales e interfiriendo en el discurso político, pero mucha gente no les puso cara hasta el asalto al Capitolio…

No estoy seguro de que la existencia de los trolls de extrema derecha fuera realmente un gran secreto, dado que yo definiría a Donald Trump como un troll de extrema derecha. Y era bastante famoso.

Usted que ha seguido a estos trolls extremistas que siempre han estado ahí, ¿qué diría de ellos? 

En el pasado, la gente ha desestimado ese tema omnipresente que era la existencia de trolls de extrema derecha. Es decir, la gente tiende a subestimar lo rápido que los «marginales» pueden, en las circunstancias adecuadas, llegar a ser indistinguibles de la «corriente principal».

«Soy muy escéptico respecto a la intervención gubernamental cuando se trata de la libertad de expresión»

¿Habría repuntado tanto la extrema derecha, como pasó en Estados Unidos y ha pasado en España, sin la ayuda de las redes sociales?

Siempre ha existido esta ideología reaccionaria, las redes sociales no la han inventado. La cuestión a analizar es más bien de costes y beneficios. ¿Las redes sociales han sido, en conjunto, una bendición para la sociedad o un lastre? Es una pregunta importante y difícil de responder, pero la única manera de hacerlo es analizando la situación de cerca y con honestidad.

¿Qué responsabilidad tienen los propietarios de las redes sociales, como Elon Musk o Mark Zuckerberg, de la expansión de ideas racistas, machistas o negacionista del cambio climático?

Tienen una enorme responsabilidad. Por eso en mi libro me refiero a ellos como «los nuevos guardianes», a pesar de que lo último que quieren admitir es que son los guardianes. 

¿Deberían atajar de raíz las autoridades públicas esos discursos bajo el pretexto de la libertad de expresión?

Soy muy escéptico respecto a la intervención gubernamental cuando se trata de la libertad de expresión. En muchísimos casos, al menos en el contexto estadounidense, puede causar más problemas de los que resuelve.

Vivimos en un momento social muy polarizado en el que existen corrientes extremas a los dos lados de la ecuación política. ¿Cree que la extrema izquierda está utilizando las mismas herramientas para comunicarse en redes sociales que la extrema derecha?

Todo el mundo, en todo el espectro político, utiliza las mismas herramientas en las redes sociales. Y hay muchos gilipollas, trolls y delincuentes, tanto en la izquierda como en la derecha. Pero la izquierda y la derecha no son equivalentes: los reaccionarios intentan hacernos retroceder en el tiempo; los progresistas intentan, aunque a veces equivocadamente, hacernos avanzar.

En el libro denomina «nazis» a algunas de las personas que investigó, un término que a veces se tiene miedo a utilizar. ¿Cree que es importante llamar a las cosas por su nombre para evitar la expansión de la extrema derecha más peligrosa?

Algunas personas de la extrema derecha son nazis. Otras, la gran mayoría, no lo son. Es importante referirse a los que son nazis como nazis, y es importante evitar llamar nazis a personas que no lo son. Esta es una de las condiciones básicas del periodismo: saber cuáles son los hechos básicos y referirse a ellos como tales. Pero eso no significa que siempre sea fácil, en parte porque los embaucadores de internet tienen la costumbre de no decir lo que quieren decir. Te puedes volver loco, y a veces todo está diseñado para ello.

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