Rompiendo los límites del reciclaje
La economía circular espolea innovaciones constantes. También precisa de un cambio de mentalidad generalizado. En el horizonte, se otea la nueva Ley de Residuos, que un grupo de cuatro expertos reunidos por Ethic y SIGNUS analizaron durante la jornada ‘Rompiendo los límites del reciclaje’.
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«El que fabrica es el responsable de los residuos». Esta es la máxima que resume la esencia de la Responsabilidad Ampliada del Productor (más conocido por sus siglas como RAP), un concepto acuñado por la Unión Europea que traslada a los fabricantes la obligación legal de financiar el tratamiento de sus residuos. Un concepto que, además, ha ido cogiendo fuerza (y fama) desde que la transformación del sistema económico y productivo lineal en uno circular comenzó a considerarse, no solo una necesidad, sino una prioridad para muchos países que persiguen el desarrollo sostenible. Es el caso de España, donde recientemente se ha presentado una nueva Ley de residuos (aún en fase de proyecto) que promete marcar una nueva relación de los ciudadanos, empresas y administraciones con los residuos. Con el objetivo de destilar las ventajas y retos que plantea esta nueva normativa, Ethic y la entidad sin ánimo de lucro SIGNUS (Sistema Colectivo de Gestión de Neumáticos Usados) invitaron a un grupo de cuatro expertos a participar en el debate Rompiendo los límites del reciclaje.
Pedro Poveda, del despacho de abogados Gómez-Acebo & Pombo fue el encargado de abrir el encuentro con una aportación puramente jurídica: «La Ley de Residuos supone una regulación muy pormenorizada de la RAP, estableciéndose mecanismos de colaboración público-privada con una perspectiva de anticipación, no solo en las soluciones de fin de línea». En este aspecto, Poveda añadió que con ella España va más allá incluso de lo que marca la normativa europea, por ejemplo en cuanto a textiles, plásticos y biorresiduos. Sin embargo, advirtió que este ambicioso plan debe ir acompañado de altos niveles de «seguridad jurídica» que contengan la tentación de un «intervencionismo excesivo» y logren así un «equilibrio entre el control y la agilidad en los procedimientos administrativos».
El camino hacia la trazabilidad y el ecodiseño
Las dificultades a las que se enfrentan los grandes y pequeños fabricantes a la hora de ajustar sus cadenas productivas a lo que exige la ley fue otra de las grandes preocupaciones que emergieron entre los invitados. Según Luis Moreno, director general de la Fundación Ecolec —dedicada a procesar aparatos electrónicos tras el fin de su vida útil— «la RAP no debe entrar en colisión con la eficiencia y la viabilidad económica». En este sentido, todos los ponentes coincidieron en advertir del peligro que pueden suponer las potenciales adaptaciones autonómicas de la Ley de Residuos para la «unidad de mercado». «La RAP ha de ser competencia estatal», resumió por su parte Poveda.
Colaboración, alianzas, puntos de encuentro, intereses comunes. Estos fueron algunos de los términos y expresiones pronunciadas con insistencia durante el acto y que la directora de la Mercedes-Benz Fashion Week, Nuria de Miguel llevó a su terreno: «Se ha comenzado a percibir una responsabilidad compartida orientada a promover la transformación de la moda española hacia la circularidad», sostuvo.
Gabriel Leal, director general de SIGNUS: «La gestión de residuos no se puede deslocalizar, sus beneficios quedan cautivos en el territorio»
Y detalló que las tendencias de consumo, con una demanda creciente de productos sostenibles, hacen que cada vez más diseñadores apuesten por crear y producir prendas respetuosas con el medioambiente. Asimismo, para De Miguel, resulta especialmente evidente en el caso de la moda de autor, donde son habituales las colecciones pequeñas creadas en proximidad, que a veces recuperan tejidos de antiguas colecciones. Sin embargo, se trata de algo generalizado, ya que, según explicó, el sector en su conjunto ya presta creciente atención a conceptos como el ecodiseño, la trazabilidad o los sistemas de recogida colectiva. Y el ejemplo está, según la experta, en Ecoalf: «Es una empresa a la que ahora muchos quieren parecerse y que ha venido a demostrar que el reciclaje de textiles y el ecodiseño no están para nada reñidos con una buena calidad de producto».
En esa línea de responsabilidad compartida, Moreno quiso enfatizar la necesidad de dar pasos hacia una mayor conciencia entre los consumidores. El director general de Ecolec trazó así una línea divisoria —casi un abismo— entre grandes y pequeños artilugios. En los primeros (electrodomésticos como lavadoras, frigoríficos…), los porcentajes de reutilización y reciclaje en España superan lo que establece la ley, ya que la recogida por parte del distribuidor está plenamente consolidada. El avance en tiempos recientes, continuó Moreno, ha sido enorme: desde que el sector se echara, en un principio, las manos a la cabeza hasta la situación actual —en la que los fabricantes invierten en preparación para la reutilización y los distribuidores venden segunda mano con total normalidad— apenas han transcurrido seis o siete años.
Pedro Poveda, abogado de Gómez-Acebo & Pombo: «La ambición en la Responsabilidad Ampliada del Productor debe ir acompañada de una mayor seguridad jurídica»
Sin embargo, los pequeños aparatos (tostadoras, juguetes electrónicos, tablets…) acaban con frecuencia en el vertedero. Para Moreno, el desafío de cambiar la mentalidad del consumidor enlaza con la conciencia ambiental, pero va incluso más allá, adquiriendo tintes geoestratégicos. «El cobalto o el litio son materias críticas que no se encuentran en la Unión Europea, así que se antoja esencial progresar hacia una mayor recuperación de las mismas, optimizando la extracción en las minas urbanas», reclamó Moreno. Por su parte, Gabriel Leal, director general de SIGNUS, hizo hincapié en la necesidad de abordar el problema desde una perspectiva global: «Tenemos que romper los límites del reciclaje, no hay alternativa posible; estamos utilizando muchas más materias primas de las que podemos conseguir de la naturaleza».
De consumidor a usuario
Leal y Moreno apuntaron hacia una nueva tendencia que, poco a poco, comienza a poner en entredicho los paradigmas comerciales clásicos. Una transformación profunda mediante la que el consumidor pasa a ser usuario en ámbitos en los que la compra había sido, hasta ahora, la norma. Moreno hizo alusión al renting, que ya está generalizado en las grandes máquinas ofimáticas (fotocopiadoras, impresoras…) y que va ganando terreno en la automoción.
De cara al futuro, el director general de Ecolec vaticinó que este modelo se habrá extendido a los hogares en los próximos años: «En las lavadoras, por ejemplo, pagaremos por uso, con el aparato conectado a un sistema de control». Leal, por su parte, puso el foco en el sector de los neumáticos y apuntó a que cada vez más transportistas ya no adquieren el neumático, sino que pagan por kilómetro recorrido. «Por este motivo, al fabricante le interesa que el producto dure cuanto más mejor». Así, Leal dibujó un horizonte en el que la obsolescencia programada haya quedado fuera de juego.
Las ventajas medioambientales de una transición hacia la economía circular están fuera de toda duda. Se explican por sí mismas. No tan claras se revelan, para el gran público, las de otra índole. Pero se adivinan inmensas por la simple razón de que la «gestión de residuos no se puede deslocalizar, así que los beneficios laborales o fiscales de la circularidad quedan cautivos en el territorio», apuntó Leal. Moreno suscribió está visión: «El residuo viaja fatal, su transporte resulta absurdo». Retomando el concepto RAP, Poveda pronosticó un gran aumento de puestos de trabajo vinculados a su engranaje. Con los productores poniendo en él sumas crecientes de dinero, quedando de esta forma garantizada la financiación, surgirán a corto plazo nuevas empresas que estimulen aún más un sector —el de la gestión de los residuos— ya en alza.
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