Siglo XXI

Los cuatro bulos más extendidos sobre los inmigrantes

Ni colapsan la sanidad ni reciben más ayudas sociales. Recopilamos algunas de las falsedades más repetidas sobre los inmigrantes.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
01
agosto
2019
Foto: Guglielmo Mangiapane | SOS Mediterranee

Si hubiese que resumir 2019 de alguna manera, la fórmula parecería evidente: este ha sido, sin duda, un año de maratón electoral. En los últimos meses, ciudadanos de países como Grecia, Bélgica, Estonia, Malta, Finlandia o España han acudido a las urnas para escoger a sus representantes. Suiza o Polonia serán las próximas potencias del Viejo Continente en celebrar comicios. Sin olvidar que el pasado mayo el conjunto de la ciudadanía europea estuvo llamada a decidir sobre el futuro de la Unión. En esta frenética carrera electoral, la posverdad se ha expandido como la pólvora, contaminando cuestiones tan urgentes como la crisis migratoria del Mediterráneo, que se ha saldado ya con 18.500 muertes desde 2014. Una cifra que aumenta día a día. Desde Ethic recopilamos algunas de las falsedades más extendidas:

1. Los inmigrantes colapsan la sanidad pública

Repetida hasta saciedad, esta afirmación no solo carece de una base estadística, si no que contradice todos los datos disponibles hasta el momento. Ya en 2008, un informe realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) desmentía este rumor. El estudio exponía que el 57,75% de la población española había acudido al menos una vez a Atención Primaria, frente al 12,7% de los inmigrantes. Asociado a este tópico, muchos sostienen que los inmigrantes suponen un gasto muy alto para el Sistema Sanitario. Sin embargo, según datos del Instituto de Estudios Fiscales, recogidos por la plataforma Stop Rumores (una iniciativa de la Federación Andalucía Acoge financiada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social), el coste farmacéutico por paciente español está cerca de los 374 euros, mientras que el coste por paciente extranjero es de 73,70 euros. 

2. Los refugiados traen a Europa enfermedades como la tuberculosis y el VIH

Hace tan solo unos meses, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, adujo que la falta de control sanitario en las fronteras podría provocar la entrada en Europa de pandemias erradicadas como el ébola o la tuberculosis. Desde el gabinete del primer ministro italiano, Matteo Salvini, este argumento también se ha utilizado para excusar el cierre de los puertos del país a embarcaciones de oenegés dedicadas al rescate de personas en el Mediterráneo. Sin embargo, se trata de una fake new en toda regla. Al menos así lo ha afirmado la Organización Mundial de la Salud que en enero se mostró tajante: la directora de la oficina regional de la OMS en Europa, Zsuzsanna Jakab, recordó que la llegada de inmigrantes no supone una amenaza para la salud pública ni pone en riesgo los sistemas sanitarios. Y lo hizo con los datos en la mano. En diciembre de 2018, la revista The Lancet publicó un estudio (el más extenso y detallado hasta el momento sobre migraciones y salud), elaborado por más de 20 reconocidos científicos internacionales, en el que se especifica que «no existe una asociación sistemática entre migración e importación de enfermedades infecciosas» y que, además, «los riesgos de transmisión a las poblaciones de acogida son generalmente muy bajos».

El porcentaje de riesgo de pobreza de los inmigrantes es del 56%; el de los españoles, un 23,1%

3. Se aprovechan de las ayudas extraordinarias

Los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística concluyen que el riesgo de pobreza o exclusión social es mayor en las personas extranjeras de fuera de la Unión Europea. La estadística recoge, basándose en el indicador AROPE definido en la estrategia Europa 2020, que el porcentaje de riesgo de pobreza es de un 56% en caso de las personas extranjeras; casi el doble que el que concierne a los españoles, que se sitúa en el 23,1%. Asimismo, el rumor de que los extranjeros reciben ayudas extraordinarias solo por ser inmigrantes también se ha utilizado como arma política. Sin embargo, en la ley de Extranjería no se contempla la existencia de semejantes ayudas. Se especifica además que, para que un extranjero sea beneficiario de las ayudas sociales, estos necesitan tener la residencia legal y, entonces, solicitar las prestaciones pertinentes, que son las mismas que corresponden a los ciudadanos de nacionalidad española. Eso no quiere decir que las personas que se encuentran en el país de manera irregular no cuenten con servicios sociales básicos, como la atención primaria. Además, en caso de encontrarse en una situación de vulnerabilidad, los inmigrantes irregulares pueden (por derecho) acudir a organizaciones no gubernamentales de atención social.

4. Cometen la «mayor parte» de los delitos de violencia de género

Esta afirmación presenta un doble filo: si bien en términos absolutos se trata de una aseveración falsa, en términos relativos —si se tiene en cuenta que cerca del 9,8% de la población es inmigrante según el INE—, la tasa de asesinatos de violencia de género cometidos por extranjeros fue 4,5 veces superior en 2017 a la que corresponde a los cometidos por personas de nacionalidad española.

A finales del año pasado, la plataforma española de fact-checking Newtral realizó un análisis sobre la información presentada: en términos absolutos, la mayoría de asesinatos fueron cometidos por personas de nacionalidad española. Concretamente, el 73,3% de los asesinatos en 2015; en 2016 fueron el 65,3% y en 2017, el 66,7%.

En la misma línea, si se observan los porcentajes de personas condenadas por un delito de violencia de género teniendo en cuenta la nacionalidad, las conclusiones son similares. Según el informe elaborado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y el Consejo General del Poder Judicial, solo en el último cuatrimestre de 2018, del total de personas condenadas por este tipo de delito 3.266 eran de nacionalidad española, mientras 1.303 eran extranjeros, cifra que también incluye a aquellos procedentes de países comunitarios que no necesitan permiso de residencia.
ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME