Cambiemos el mundo
No necesita presentación: Greta Thunberg es la personificación de la justicia climática. En octubre de 2018, la líder del movimiento #FridaysForFuture y candidata al Nobel de la Paz alzó su voz en Helsinki para, una vez más, dar un toque de atención a aquellos que hacen oídos sordos frente a las reivindicaciones de la generación Z, su generación. Este fue su grito de socorro.
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COLABORA2019
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Algunas personas dicen que deberíamos estar en el colegio. Otras que deberíamos estudiar para ser climatólogos y así poder «resolver la crisis climática». Pero esta crisis ya está resuelta. Ya tenemos los datos y las soluciones. Lo único que hay que hacer es despertar y cambiar.
¿Y por qué debería estar estudiando por un futuro que pronto podría dejar de existir cuando nadie está haciendo absolutamente nada por salvarlo? Además, ¿qué sentido tiene aprender datos dentro del sistema educativo cuando es evidente que los datos más importantes que nos proporciona la ciencia más erudita dentro de ese mismo sistema educativo no significan nada para nuestros políticos y para nuestra sociedad?
Actualmente, utilizamos cien millones de barriles de petróleo al día. No hay políticas para cambiar eso. No hay leyes para que ese petróleo se quede bajo tierra. De modo que no podemos salvar el mundo acatando las reglas. Porque las reglas tienen que cambiar.
Todo tiene que cambiar. Y tiene que empezar a cambiar hoy.
«El futuro de las próximas generaciones recae en ustedes»
No hace falta desplazarse para protestar contra la crisis climática. Porque el cambio climático ya está por todas partes. Podéis quedaros de pie o sentados delante de un edificio gubernamental en cualquier lugar del mundo y será igual de útil. Podéis plantaros delante de cualquier compañía petrolera o energética, de cualquier tienda de comestibles o periódicos, aeropuerto, gasolinera, productor de carne o cadena de televisión del mundo.
No se está haciendo lo suficiente ni por asomo. Es necesario cambiarlo todo y que cambiemos todos. El secretario general de las Naciones Unidas declaró que tenemos hasta 2020 para cambiar el rumbo e invertir la curva de emisiones para cumplir con el objetivo definido en el Acuerdo de París, o el mundo se enfrentará a «una amenaza existencial directa».
Si la gente supiera que, según los científicos, tenemos un 5% de posibilidades de alcanzar el objetivo de París, y fuese consciente del escenario de pesadilla al que nos enfrentamos si no mantenemos el calentamiento global por debajo de los 2ºC, no me preguntaría por qué hago huelga estudiantil delante del Parlamento. Porque si todos supieran lo grave que es la situación y lo poco que se está haciendo realmente al respecto, vendrían y se sentarían a nuestro lado.
En Suecia vivimos como si tuviéramos los recursos de 4,2 planetas. En Finlandia necesitáis 3,7 planetas. Por desgracia, Suecia gana. Pero las huellas de carbono de ambos países están entre las más altas del mundo. Por ello pedimos a Suecia y Finlandia, y a todos los demás países, que las detengan y empiecen a vivir dentro de los límites del planeta.
«No se está haciendo lo suficiente ni por asomo. Es necesario cambiarlo todo y que cambiemos todos»
Este es un grito de socorro. A todos los periódicos que nunca han tratado esta crisis como una crisis. A todas las personas influyentes que luchan por todo menos por el clima y el medio ambiente. A todos aquellos partidos políticos que fingen tomarse en serio la cuestión climática. A todos aquellos de ustedes que prefieren mirar hacia otro lado todos los días porque parece que les asustan más los cambios que pueden impedir el cambio climático catastrófico que el cambio climático catastrófico en sí.
Su silencio es lo peor de todo.
El futuro de las próximas generaciones recae en ustedes. Mucha gente dice que Suecia y Finlandia no son más que dos países pequeños y que no importa lo que hagamos. Pero, si unos pocos niños y niñas podemos llegar a las portadas de los periódicos de todo el mundo solo por faltar al colegio unas pocas semanas, imagínese lo que podríamos conseguir todos juntos si quisiéramos.
Cada persona cuenta. Como cuenta cada emisión. Cada kilo.
Les pedimos, por tanto, que traten la crisis climática como la grave crisis que es y nos den un futuro.
Nuestra vida está en sus manos.
(*) El libro ‘Cambiemos el mundo’ (editorial Lumen) recoge todos los discursos de Greta Thunberg.
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