Diversidad

Ni distintos ni diferentes: Campeones

Álvaro Longoria recoge en un documental la realidad cotidiana de los protagonistas de la cinta ‘Campeones’, de Javier Fesser.

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10
enero
2019

«No te pido ninguna garantía, solo que no tires la toalla. Ellos no la van a tirar». Es lo que Julio (Juan Margallo), el director del Club Deportivo Amistad, dice a Marco (Javier Gutiérrez) al ver sus reticencias para entrenar a un grupo de chicos con discapacidad como servicio a la comunidad tras dar positivo en un control de alcoholemia. Esa frase resume muy bien el espíritu de Campeones, la película de Javier Fesser que el pasado año vieron más de tres millones de personas en el cine y que parte como gran favorita –con once nominaciones– en la próxima gala de los Goya.

El proyecto, además de ser una de los más taquilleros de los últimos años, también se ha convertido en un canto a la diversidad y a la inclusión social. El rodaje, que comenzó en la primavera de 2017, planteaba algo sin precedentes para el cine español: que la película estuviese protagonizada no por actores profesionales sino por personas con discapacidad intelectual.

Más allá de su vida en la ficción, todos ellos tienen historias muy reales que se recogen en el documental Ni distintos ni diferentes: Campeones, dirigido por Álvaro Longoria. En él se muestra la vida cotidiana de Sergio, Fran, Roberto, José, Gloria, Stefan, Jesús, Alberto y Julio, los protagonistas de la cinta: cómo es su familia, el día a día en su trabajo o sus ratos de ocio con sus amigos.

El documental recoge desde complicaciones en las relaciones familiares a negligencias médicas, sin dejar de hacer un retrato claro de las vidas y necesidades de ellos y de sus familias, que reclaman más ayudas sociales y una atención más especializada desde el colegio. «Las personas con discapacidad nunca han dado problemas, por lo que han estado mucho tiempo metidas en su casa. Pero ha llegado un momento en que las familias queríamos que se integrasen en la sociedad porque son personas, como todo el mundo», explica la madre de José.

Álvaro Longoria, director del documental: «Pretendemos desmontar un mito y comprender este aspecto del mundo sin filtros»

Romper tabúes como las relaciones sexoafectivas de las personas con discapacidad, los abusos, el bullying o los problemas de integración y rechazo en los entornos sociales son algunos de los temas que se abordan en un documental que también reconoce la labor de las familias y de los voluntarios y educadores que trabajan por la inclusión. «Es una ocasión única para comprender, casi en primera persona, cómo es la vida de estas personas, su día a día, la realidad de sus trabajos, de sus relaciones personales y de su tiempo. Pretendemos desmontar un mito y comprender este aspecto del mundo sin filtros de ningún tipo: sin ganas de ser políticamente correcto, ni gamberro innecesariamente. Es esencial que la película sea positiva, no reivindicativa. Ellos son positivos, de verdad, espontáneos y con muchas cosas que enseñarnos. El valor del amor puro, de la verdad, de los amigos, del trabajo…», cuenta Álvaro Longoria, director del documental.

Endesa, patrocinadora del documental, se implicó en este proyecto desde el inicio. «Da directamente en la diana de los valores que buscamos, porque vamos de la mano de quienes transmiten los ideales que perseguimos: la integración, el esfuerzo, la superación, y también soluciones y realidad», explica Alberto Fernández Torres, director general de Comunicación de la compañía.

Alberto Fernández Torres, Endesa: «Este proyecto da directamente en la diana de nuestros valores: la integración, el esfuerzo y la superación»

Javier Fesser, director de Campeones, confirma que esos valores que reflejan el documental y la película se materializaron en un rodaje en el que no hubo distinciones. «Ellos entienden que es un proyecto que les coloca en el mismo lugar donde estamos nosotros y donde deben estar. Más allá de trabajar en una buena o mala película, estamos trabajando en una película que puede ayudar a derribar barreras», concluye.

La vida de los nueve cambió cuando Javier Fesser llamó a sus puertas para rodar una cinta rompedora. Pero ellos también cambiaron la perspectiva de los demás. «Para mí ha sido una lección no solo de vida sino también de profesionalidad. Un rodaje parece que es una guerra en que todo el mundo se pone nervioso, y aquí te das cuenta de que es un juego y hay que pasárselo bien», concluye el actor Javier Gutiérrez, orgulloso entrenador –y ahora amigo– de los campeones.

Ni distintos ni diferentes. «Ahora, a los chicos con discapacidad se les empieza a llamar campeones», apunta Alberto Fernández Torres, de Endesa. «Ojalá siga siendo así, porque no se me ocurre un nombre más bonito».

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