Educación

Nutrición infantil, una asignatura pendiente… en las aulas

Casi el 20% de los niños españoles entre 6 y 9 años es obeso. Los expertos reclaman una asignatura de nutrición en el colegio.

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Anton Darius
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09
octubre
2018

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Uno de cada diez niños en España es obeso. Y casi uno de cada cuatro sufre sobrepeso, según un estudio de hace tres años de la hoy extinta Fundación Thao, dedicada a la salud infantil. Los datos se recrudecen en un informe más reciente de Aecosan (la agencia española de seguridad alimentaria y nutrición): el 19% de los niños de entre seis y nueve años tiene obesidad. Es un escenario alarmante que nos sitúa por encima de la media de los países desarrollados, y exige medidas urgentes.

Ha quedado demostrado que la educación en el ámbito doméstico no es suficiente. El 80% de los padres cree que su hijo tienen un peso normal, mientras que los estudios mencionados apuntan a que solo el 62% de los niños cumplen con este calificativo. Según apunta Marga Serra, profesora de Nutrición de la Universitat Ramon Llull, «la escuela es el medio idóneo para un programa de educación alimentaria, porque acoge la totalidad de la población durante la etapa de la enseñanza obligatoria y puede ayudar a adquirir unos conocimientos, unos hábitos y unas actitudes favorables de una manera gradual y sistemática».

El 19% de los niños de entre seis y nueve años tiene obesidad

Incorporar una asignatura sobre esta materia es, desde hace tiempo, un objetivo prioritario para la Fundación Española de Nutrición (FEN), que presentó el año pasado una propuesta ante el Parlamento Europeo, apoyada por los entonces Ministerio de Educación y Ministerio de Sanidad. «No puede ser que cada debate que surja en cualquier ámbito tenga una asignatura propia que trastoque el currículo escolar», respondía a la iniciativa el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).

Lo cual demuestra que el error sigue siendo, a día de hoy, pretender que los padres son suficientes para dar una buena educación alimentaria: para empezar, porque es muy probable que ni ellos mismos la tengan (la tasa de obesidad entre los adultos españoles se ha duplicado en los últimos 20 años). Y en segundo lugar, muchos niños comen en el colegio. Ese es, por tanto, el hábitat idóneo para enseñarles lo que es una alimentación sana, y practicarla al mismo tiempo.

Lilian WY Cheung, profesor de Nutrición de Harvard, dice en su libro Eat Well and Keep Moving que «mostrar a los niños, en la escuela, imágenes de alimentos saludables frente a alimentos que no lo son, o lo son en menor medida, es una manera importante de ayudarles a comprender desde muy pronto qué comida deberían estar comiendo». Y añade: «Cuando a sus hijos se les enseña la diferencia entre alimentos nutritivos y comida basura, es más probable que tomen decisiones saludables a medida que crecen, y las mantengan, por asimilación, en la vida adulta».

Especialmente en Estados Unidos, muchos niños comen varias veces a la semana fast food (comida asociada a establecimientos como McDonalds o Burger King), lo que contribuye al aumento de peso poco saludable y al alto consumo de grasas saturadas, calorías y sal. Algo que puede trasladarse a España, como muestra el hecho de que muchas de estas cadenas de comida rápida ofrezcan menús «infantiles»: «Cuando se les enseña a los niños en la escuela sobre el fast food y sus peligros, puede motivarles a tomar decisiones más sanas y tomar el control de lo que comen, de lo que quieren para su cuerpo», opina Cheung, y propone: «Relacionar las elecciones de los alimentos con el nivel de energía y la capacidad de jugar, puede ayudar a motivar a los niños en edad escolar a pensar en elegir alimentos más saludables».

En esta línea, otra nutricionista, Isobel R. Contento, apunta en su libro Nutrition Education: Linking Research, Theory, and Practice que «la educación sobre nutrición y educación física van de la mano». Y añade: «Los niños que comen bien tienen más energía en el patio de recreo, y para participar en actividades deportivas, que los niños que comen una dieta alta en grasa y azúcar». La experta concluye que no solo se trata de combatir el sobrepeso, sino también otras patologías: «Enseñar nutrición en la escuela también educará a sus hijos sobre cómo el ejercicio regular funciona, unido a alimentos saludables, a prevenir enfermedades peligrosas, como la diabetes».

La Unión Europea tiene en su mano escuchar a los nutricionistas y llevar a buen puerto su propuesta de una asignatura en las escuelas que eduque, desde el principio, en una buena alimentación. La sociedad del mañana sería mucho más saludable.

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