Nina Simone, demasiado grande para una sola vida

Hay ingredientes que garantizan el éxito de un documental: un personaje electrizante, y muchas imágenes de archivo inéditas. La directora Liz Garbus ya jugó con estas cartas en Bobby Fischer against the world, en la que contaba la vida del atribulado y genial ajedrecista. Ahora repite con otro as: su documental What happened, Miss Simone?, estrenado en el festival de Sundance en 2015 y que ahora podemos ver en nuestro país a través de Netflix, narra la vida de Nina Simone desde sus entrañas, destapadas a través de las declaraciones de su hija.

La icónica pianista y cantante de soul nació a comienzos de los años treinta en la segregada Carolina del Norte y, por un golpe de suerte, su madre logró que recibiera clases de piano clásico ya desde los cuatro años. La ambición de Simone, desde tan pronta edad, era labrarse una carrera tocando «música seria», como ella misma repetía en muchas ocasiones, pero el racismo imperante le impidió acceder al conservatorio y truncó su sueño. La pianista comenzó a tocar y cantar en bares y clubes nocturnos (y cambió su nombre real, Eunice Waymon, por Nina Simone) para ganarse la vida, como un plan B, a priori, humillante, que finalmente fue su vía rápida hacia el éxito que la convertiría en una artista universal.

Su profunda voz de barítono era conmovedora y adoptaba tintes de blues, pero sus cadencias mezclaban el jazz con su piano de inspiración clásica. Sus interpretaciones de algunos estándares como I love you Porgy de Gershwin, fueron realmente innovadoras.

Quiso ser pianista clásica, pero le impidieron entrar en el conservatorio por ser negra

La película de Garbus entrelaza las historias del estrellato, por un lado, y las luchas privadas, por otro, de Simone. Su esposo, un expolicía que se convirtió en su mánager, trabajó duro para que ella pudiera vivir decentemente y dedicarse a la música, pero con el tiempo su actitud hacia ella se volvió abusiva. Además, Nina Simone fue siempre una decidida activista contra el racismo y por los derechos civiles, algo que su esposo consideraba, en sus propias palabras, una «pérdida de tiempo». En aquella época la artista interpretó su polémica Mississippi goddam, una canción escrita para denunciar el bombardeo de la Iglesia Bautista de la calle 16, en presencia de Martin Luther King.

A medida que los conflictos de finales de la década de los sesenta se hicieron más intensos, Simone se radicalizó en sus posturas y acciones y durante un concierto, ante un público mayoritariamente negro, llegó a preguntar si estaría dispuesto a matar por su liberación. Esto no hizo sino poner cepos a una carrera que, de otra manera, hubiera sido aún más meteórica.

Nina Simone se volvió adicta a los antidepresivos, tuvo episodios bipolares y fue llevando su vida hacia un bucle destructivo. Las entrevistas con su hija, en el documental, dan una idea cercana de cómo fue esa etapa procelosa de la artista.

Pero detrás, o más bien delante de todo, siempre estaba la música, y en esta película es una constante. No olvidemos que la película es un medio visual, y como tal, What Happened, Miss Simone? es una fantasía fílmica de fabulosos atuendos, desde vestidos estampados africanos hasta sombreros descomunales que parecerían ridículos en cualquiera que no fuera un centro de gravedad como Nina Simone, en quien cobraban siempre una inusitada prestancia. La de una artista que siempre fue grande como persona, pero se volvía gigantesca en el escenario.