Proyecto Doñana: agua para hoy, brindis para mañana

Devolver a la tierra lo que de la tierra coges. En ese principio –aparentemente simple– se basan todos los preceptos de la economía circular y de otras corrientes económicas y casi filosóficas que buscan garantizar la habitabilidad presente y futura del planeta. Sin embargo, no es una tarea tan sencilla. El uso del agua, imprescindible para la vida en todas sus dimensiones, es uno de los puntos más problemáticos. Se calcula que solamente el 1% del agua disponible en la Tierra es dulce y apta para el consumo humano: es un bien escaso en el presente y lo será más aún en el futuro. España es uno de los países europeos con mayor estrés hídrico, sobre todo en zonas como el sur y el Levante, donde las precipitaciones son irregulares y escasas. Además de ahorrar agua en el consumo humano, la agricultura, la ganadería y la actividad industrial tienen la misión de hacer un consumo eficiente y responsable.

Si juntásemos toda la cerveza consumida por los españoles, se podrían llenar más de 1.300 piscinas olímpicas. El oro líquido requiere de grandes cantidades de agua en todo el proceso de fabricación –desde el cultivo hasta el embotellado–, pasando por el propio producto, compuesto por agua en más de un 95%. Por eso, la industria cervecera es clave a la hora de actuar para aliviar, en la medida de lo posible, la presión hídrica que garantice un futuro mejor.

Las cuencas del Guadalquivir, Júcar y Jarama se benefician de la estrategia ‘water balancing’

Haciendo honor a su eslogan de Piensa en verde, Heineken se marcó una serie de objetivos sostenibles a alcanzar en 2020 que, además de por reducir sus emisiones y su huella de carbono, pasaban por devolver al medio el agua consumida para la producción de cerveza, con medidas enmarcadas dentro de la estrategia de sostenibilidad Brindando por un mundo mejor. En ella destaca el plan de compensación de agua Water Balancing, que contempla diferentes actuaciones en las comunidades en las que se encuentra. Así, además del proyecto Doñana, la compañía está desarrollando el proyecto Olivo también en la cuenca del Guadalquivir –cultivando cebada entre campos de olivo de calle ancha–; el proyecto Cañaveral en la cuenca del Júcar (Valencia); y próximamente definirá las intervenciones a desarrollar en la cuenca del Jarama (Madrid). Proteger las fuentes, reducir progresivamente su uso en el proceso de fabricación o implantar políticas medioambientales en el entorno de las fábricas son algunas de las medidas adoptadas con éxito: solamente en el entorno de Doñana se han devuelto más de mil millones de litros de agua.

Precisamente este año, en el que se celebra el cincuenta aniversario de la declaración del parque nacional, la compañía ha llevado a cabo el Proyecto Doñana, que se ha desarrollado en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía y ha llevado consigo una inversión directa de 300.000 euros. Las acciones se han centrado en la restauración de cuatro humedales –la laguna de la Dehesa de Abajo, la  de San Lázaro, la  de las Pardillas y la del Lince– para asegurar su carácter permanente. El resultado ha sido una mejora de su funcionalidad hídrica y ecológica, incrementando su biodiversidad y propiciando la presencia de especies en peligro de extinción como el lince y numerosas aves rapaces. También se ha reducido la erosión, se ha mejorado la calidad del agua y se ha sustituido las especies exóticas por otras autóctonas: el resultado ha sido que se han minimizando las alteraciones en la dinámica hidrológica de estos humedales, restaurando su capacidad de almacenamiento de agua.

En el caso concreto de la laguna de la Dehesa de Abajo –situada en el municipio sevillano de La Puebla del Río–, las acciones puestas en marcha en el año 2017 han permitido recuperar el equilibrio hidrológico de este importante humedal, en un entorno de gran riqueza ecológica y con elevado atractivo para el turismo ornitológico. Las mejoras en la infraestructura han aumentado la capacidad de la laguna, además de mejorar el ecosistema en el que viven colonias de aves como cigüeñas –cuya presencia constituye la mayor colonia de España y la más importante anidada en acebuche–, flamencos o patos malvasía, en peligro de extinción.

El proyecto Doñana ha supuesto una inversión directa de 300.000 euros

«Nuestro trabajo es tomar conciencia de que somos ciudadanos y como tales tenemos que ayudar a mejorar el mundo», afirmaba Marcos Tarancón, director de Relaciones Corporativas y Legal de Heineken España en la presentación de los resultados del proyecto en la Dehesa de Abajo. En esa misma línea se mostraba José Gregorio Fiscal López, Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que ponía a la corporación como ejemplo en una «colaboración pública y privada sin precedentes». «No tenemos mucho tiempo para revertir la situación ecológica. No es ya un problema del planeta que van a disfrutar nuestros nietos, sino del que pueden habitar nuestros hijos», concluía.

Un águila ratonera y otra culebrera disfrutan ya del entorno privilegiado y del paisaje, hoy más azul y verde, en el que las instituciones prometen que se seguirá trabajando para que las generaciones del futuro continúen brindando por el paisaje… y por la vida del planeta.