Educación

Escuelas para cambiar el mundo (aquí, no en Finlandia)

En España existen escuelas que están re-imaginando la educación con modelos exitosos: han entendido que aprender a ser ciudadanos responsables es tan innegociable como aprender a leer o a escribir.

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15
abril
2016

Sandra se autoevalúa. Cree que se merece un 7. Su compañera de pupitre piensa que esa nota es insuficiente, ya que buena parte de su tiempo lo ha dedicado a ayudarla con Matemáticas, así que deliberan la calificación final con el profesor. La clase de Nicolás vota por asamblea de qué color prefieren que se pinten las puertas de los baños. Para Esteban, el mejor rato del día es ir al huerto con sus compañeros para comprobar cómo crecen los calabacines y las lechugas que han plantado. Paula se pasa por el geriátrico antes de ir a su casa, y charla con los abuelos. Ahora, concretamente, está ayudando a uno de ellos a escribir sus memorias. Se siente útil, y por eso lo difunde, con el requerido respeto, a través de su blog.

No es un milagro. Ni ciencia ficción. Son escuelas reales que han entendido que aprender a manejar el entorno y a ser ciudadanos responsables es tan innegociable como aprender a leer o a escribir. Tampoco se trata de escuelas experimentales, ni de un nuevo modelo de enseñanza, ni de una educación exclusiva. De hecho, todas ellas son públicas. Hablamos de las Escuelas Changemaker, un concepto aún desconocido para el gran público: «Son escuelas que preparan a niños y niñas para que tengan la capacidad de generar cambios positivos en su entorno y prosperar en un mundo que está inmerso en constante transformación», explica David Martín Díaz, codirector de Ashoka España y director de Educación y Jóvenes. ¿El propósito? «La felicidad de sus alumnos, ni más ni menos. Sin perder de vista el objetivo adicional de la educación: construir personas comprometidas».

En España existen escuelas que están re-imaginando la educación con modelos exitosos, adaptados a sus alumnos, y que funcionan. Que no solo son excelentes académicamente y han reducido la tasa de fracaso escolar, sino que otorgan el mismo peso a habilidades como la empatía, la creatividad o el trabajo en equipo que a las competencias académicas tradicionales. Es el caso de los tres centros que se han sumado a la red internacional de Escuelas Changemaker de Ashoka, presentadas recientemente de la mano de Ashoka España.

El CEIP Ramón y Cajal, en Alpartir, un pequeño pueblo a 60 kilómetros de Zaragoza, es uno de ellos. Con sólo siete años de vida, esta escuela de Infantil y Primaria de sólo 34 alumnos y cinco profesores se ha convertido en un referente. Los niños, de distintas edades, comparten aula. En esta escuela, el cultivo de hortalizas es una actividad integrada dentro de Ciencias Naturales y el intercambio de conocimientos con personas mayores –en concreto, el ganchillo por la informática− forma parte de la asignatura de Ciencias Sociales. Los 564 vecinos de Alpatir están involucrados en la vida escolar, asegura el director del centro, José Antonio Rodríguez, orgulloso de que la escuela «ha ayudado en la construcción de la identidad del pueblo». A través de la radio local, los alumnos retransmiten desde el salón de plenos del Ayuntamiento la Constitución del colegio, que se actualiza cada año y que está redactada «las lenguas oficiales» del centro: castellano, rumano y árabe.

Las Escuelas Changemaker rompen el molde y desmontan esa creencia tan extendida de que la autoridad es una condición sine qua non para alcanzar la disciplina. Apuestan por procedimientos democráticos para la toma de decisiones. La responsabilidad y el compromiso atraviesan las paredes del aula y se ven reflejados en su actitud dentro de casa, coinciden los padres. El CEIP La Biznaga, en Málaga, y el Institut de Sils, en Girona, son los otros dos centros premiados.

«Si logramos una sociedad donde todas las personas sean capaces de generar un cambio en su entorno, y de mejorar lo que no funciona, no habrá vuelta atrás. Habremos logrado una revolución tan grande en el mundo como la que supuso la alfabetización, o la declaración de los derechos humanos», sostiene Ana Sáenz de Miera, directora de Ashoka España.

A día de hoy, la red de Ashoka cuenta con siete Escuelas Changemaker en España, y 220 en todo el mundo. «No es un ranking. Es un equipo. Un equipo con una responsabilidad: compartir su visión para que existan más escuelas así, en distintos lugares y contextos, y demostrar que es un cambio posible que cada uno resuelve de forma diferente», aclara Martín Díaz. «En definitiva, son Escuelas Changemaker por dos motivos: están ejerciendo como motor de transformación educativa, y educan agentes de cambio».

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