Opinión

El reto de la empleabilidad y el voluntariado

En esta tribuna, el director de Responsabilidad Corporativa de Barclays, Evelio Acevedo, reflexiona sobre la importancia de promover el voluntariado en las empresas.

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26
abril
2011

Las empresas, como parte integrante de las comunidades donde operan, no deben permanecer ajenas a su responsabilidad social. Afortunadamente, para muchas esta realidad es ya un pilar más de su estrategia empresarial. Algunas de ellas, principalmente las grandes multinacionales, han dado lo que creo que es un paso más, involucrando y animando a sus empleados a que se impliquen y participen activamente en iniciativas a favor de las comunidades en las que trabajan a través del voluntariado corporativo.

Es muy gratificante observar cómo se extiende esa cultura entre las empresas españolas de distintos tamaños, dejando de ser exclusiva de las grandes multinacionales. El voluntariado corporativo se ha revelado como una importante fuente de conocimiento y de desarrollo de habilidades personales y profesionales. Para todos, pero muy especialmente para los jóvenes profesionales, la responsabilidad social de la empresa en la que trabajan es un factor importante que vincula, enorgullece y retribuye a los voluntarios de una manera emocional  pero, sin duda,  cada día más tenida en cuenta por los empleados.

No estamos solo ante una manifestación de los sentimientos filantrópicos o de caridad. Es algo mucho más consistente. Es la convicción de nuestra obligación de asumir responsabilidades como ciudadanos de una sociedad democrática y nuestro compromiso con los valores de equidad, justicia e igualdad de oportunidades y derechos que deben de inspirarla. Es aquí donde las empresas, como jugadores clave en el desarrollo socioeconómico de los países, pueden retroalimentar a las comunidades en las que se asientan y actúan.

Por otra parte, como entidades capaces de incorporar, retener y fomentar el talento, pueden ejercer un papel facilitador y acercar las herramientas oportunas a sus empleados para que puedan canalizar y aplicar sus conocimientos y experiencia más allá de su trabajo. Una labor, la de los voluntarios, que la Unión Europea estima que contribuye con un 5% al PIB de las economías nacionales.

En momentos complicados, de crisis, como los que estamos viviendo, aprovechar, incentivar y encauzar el potencial de las personas que forman parte de una empresa para beneficio de la comunidad es una excelente herramienta para mantener y fomentar el bienestar social.

Según la última encuesta del CIS, el paro sigue siendo la mayor preocupación para los españoles, seguido de la situación económica. Es la falta de empleo en el actual contexto económico, el gran reto de la sociedad española y uno de los grandes focos al que las empresas socialmente responsables estamos dirigiendo nuestros ejes de actuación.

Gracias a la intensa e inestimable colaboración de los empleados voluntarios muchas compañías hemos manifestado nuestro compromiso con este reto a través de distintas estrategias diseñadas para favorecer la empleabilidad de personas con más dificultades para encontrar un trabajo: personas con discapacidad, jóvenes desfavorecidos, inmigrantes y otros grupos en riesgo de exclusión, para ayudarles a obtener un empleo o mejorar el que ya tienen.

No se le presta mucha atención diariamente y no se suele hablar de voluntariado en los informativos, pero crece cada día y avanza en sus iniciativas, su alcance y el compromiso de quienes lo practican. Este año 2011 ha sido declarado como Año Europeo del Voluntariado y creo que el momento, no se ha podido elegir mejor. No es fácil evitar sucumbir a una cierta sensación de desolación cuando miramos a nuestro alrededor y vemos que nuestro mundo, el global no sólo el de nuestro entorno, parece romperse por todos los costados. Afortunadamente, ante este panorama, se nos hace patente la realidad silenciosa, responsable y comprometida de los voluntarios.

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