Siglo XXI

El 23-F y el Ejército: del Golpe de Estado a la Responsabilidad Social

Cómo cambian las cosas con el tiempo. Y más si son tres décadas y por medio ha habido una Transición. El Ejército que hace treinta años intentó dinamitar la democracia presenta su plan de sostenibilidad.

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27
febrero
2011

Cómo cambian las cosas con el tiempo. Y más si son tres décadas y por medio ha habido una Transición hacia la democracia. Esto es lo que han debido pensar muchos ciudadanos al ser informados, en el trigésimo aniversario del intento de Golpe de Estado, de que las Fuerzas Armadas han presentado un programa de Responsabilidad Social que sitúa los criterios sociales y medioambientales en el cuadro de mando de esta institución.

El día previo al lanzamiento del Código de Conducta en materia de RSE para sus proveedores, Carmen Chacón, la ministra de Defensa, hablaba en un desayuno organizado por Europa Press sobre la evolución -que en este caso bien podría llamarse metamorfosis o transmutación- de nuestro ejército. Según la máxima responsable de las Fuerzas Armadas, el verdadero «punto de inflexión» que inició este proceso de transformación de unas Fuerzas Armadas que en 1981 estaban «educadas en la dictadura, internacionalmente aisladas, sobredimensionadas en sus efectivos, pobremente equipadas y divididas en tres compartimentos estancos», se produjo precisamente el 23 de febrero de 1981.

La ministra de Defensa, Carmen Chacón, durante el desayuno de Europa Press en el que analizó la mejora de la reputación de las Fuerzas Armadas

«En tan sólo 30 años, los Ejércitos han pasado de inspirar recelo, a ser admirados por la inmensa mayoría de los españoles. La consideración, la estima de los ciudadanos hacia nuestros militares es creciente y de modo especial entre los jóvenes», señaló la ministra. De ahí que, según sus palabras, sea «la institución más valorada por los españoles», con un un papel muy destacado en labores humanitarias de carácter internacional y con una tendencia más aceptable en lo que se refiere a la incorporación de la mujer.  

El día siguiente, el mismo 23 de febrero, mientras el Congreso de los Diputados celebreba con fastos el fracaso del Golpe, las Fuerzas Armadas escenificaban una vez más su distanciamiento con ese pasado oscuro y hacían un ejercicio muy saludable para fortalecer su reputación como institución: presentaban, de la mano de la Fundación ONCE, su Código de Conducta en materia de RSE.  “El sector público, más que nadie, tiene que ser fiel con la Responsabilidad Social Empresarial», señaló el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, que se mostró seguro de que «en los próximos años serán mayoría las empresas públicas que lo hagan”.

Desde Ethic lanzamos una conclusión al respecto y te animamos a que compartas las tuyas con nosotros: la democracia es condición sine qua non para hablar de la cultura de la sostenibilidad y de la responsabilidad social.

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