Energía

Nuestro tiempo se acaba

Con el uso de energías renovables como la solar podemos evitar la emisión de millones de toneladas de CO2, frenando el cambio climático. ¿Por qué no podemos dejar atrás nuestras dudas en medio de esta lucha contrarreloj?

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07
junio
2022

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El tiempo se acaba y el reloj juega en nuestra contra: no hay semana que algún organismo público nacional o internacional no nos recuerde la urgencia de actuar contra el cambio climático. Hace unos días, por ejemplo, la Agencia Estatal de Meteorología anunció que las temperaturas que tuvo Sevilla durante el mes de mayo fueron las más altas de la historia (al menos, desde que se tienen registros). ¿Si esto ocurre hoy, qué sucederá en 2030?

Está claro que la velocidad de actuación es una variable clave en estas circunstancias y, sin embargo, nos encontramos con la incoherencia entre el creer y el hacer que ha comenzado a instaurarse en algunas organizaciones y personas definidas como ambientalistas. Por un lado, se solicita más urgencia en la lucha contra la emergencia climática, pero cuando se quieren concretar estas medidas –por ejemplo, a través de plantas renovables– se oponen, comportándose en la práctica como los negacionistas del clima.

El cambio climático no espera ante nuestras dudas. Si con la potencia instalada de 16 gigavatios (GW) de energía solar que tenemos actualmente en España somos capaces de evitar la emisión de 3.155 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, no es difícil imaginar lo que podríamos conseguir como país si, con todos a una, dejáramos de cuestionar la ciencia con planteamientos neonegacionistas, comprometiéndonos sin excusas con la transición energética. 

Con la potencia de energía solar que tenemos en España somos capaces de evitar la emisión de 3.155 millones de toneladas de CO2

Todos estamos de acuerdo cuando hablamos de priorizar aquellas medidas que nos permitan reducir el consumo energético y aprovechar el recurso del autoconsumo al máximo, eliminando las barreras administrativas que todavía quedan para fomentarlo socialmente. Los 1.400 millones de los Fondos de Recuperación asignados para apoyar el autoconsumo están teniendo, en este sentido, un efecto dinamizador definitivo.

Es necesario completar estas medidas económicas con marcos regulatorios específicos que favorezcan las colectividades energéticas y los proyectos de pequeño tamaño, reservando parte de la capacidad de conexión disponible para estos proyectos, además de subastas específicas. 

Aún así, no es suficiente: el estudio sobre el potencial nacional de autoconsumo, llevado a cabo por IDAE, establecía un potencial máximo disponible de 15GW, una cantidad muy alejada de las necesidades de descarbonización.

Por ello las plantas en suelo son imprescindibles para el desafío que abordamos, si bien no todo vale: las plantas se deben de realizar desde el máximo respeto al entorno ambiental y humano en el que se tiene que integrar. Pueden y deben convertirse en un aliado doble en la preservación de la biodiversidad a través de la sustitución de combustibles y del propio emplazamiento. Con las medidas adecuadas, tal como demuestran los estudios científicos, pueden convertirse en una reserva integral de la naturaleza en la que su evolución sea más positiva en su interior que en las áreas de su entorno (por supuesto, eludiendo su instalación en zonas que gocen de cualquier tipo de protección ambiental).

Este cuidado del territorio debe complementarse con el cuidado de sus habitantes a través del respeto a su voluntad, eludiendo la utilización de medidas como la expropiación, socializando una parte de los beneficios e impulsando la economía local a través de la priorización de la contratación de sus habitantes y sus servicios.

En esta batalla contrarreloj, el papel de la energía solar va a ser determinante. En España contamos con una energía limpia y barata, un recurso local que no emite ningún tipo de contaminación y que, por su papel de sustitución de los combustibles fósiles, es junto con el resto de las renovables un instrumento imprescindible en la conservación del medio ambiente. Es el momento: contribuyamos todos desde nuestra responsabilidad compartida.


José Donoso es Director General de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).

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