Energía
El futuro de las renovables: una planta solar ‘made in’ China en el espacio
Un proyecto puesto en marcha por el gobierno chino pretende poner en órbita una estación espacial capaz de convertir la luz directa del sol en electricidad para después enviarla a la Tierra.
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El ser humano lleva décadas soñando con la conquista de esa última frontera que supone el espacio. Desde que Neil Armstrong dijera su famoso «un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad» en 1969, se han imaginado distintos futuros en los que los humanos colonizamos la galaxia. Y, aunque parezca el argumento de un capítulo de Star Trek, ahora China se ha propuesto desarrollar la primera planta solar en órbita de la historia: científicos del país trabajan en conseguir que, algún día, cualquier ciudad de la Tierra pueda ser iluminada con energía procedente de más allá de nuestra atmósfera.
La idea no es tan descabellada como pudiese parecer a primera vista: la Sociedad Espacial Nacional norteamericana (NSS) asegura que la energía solar espacial es la fuente de energía con mayor potencial para cubrir prácticamente todas las necesidades eléctricas de nuestro planeta. Además, según informa la CNN, si los científicos que están desarrollando este proyecto consiguen superar todos los retos técnicos, esta tecnología podría suponer una auténtica revolución a la hora de reducir el uso de todas las energías que contribuyen a la contaminación atmosférica y, por ende, al calentamiento global. Es más, según sus cálculos, podría suponer una alternativa mucho más eficiente que las actuales energías renovables.
Esta planta solar espacial podría suponer una alternativa más eficiente que las actuales energías renovables
Esta planta solar china formaría parte de una estación espacial en órbita a 36.000 kilómetros de la tierra y funcionaría a pleno rendimiento en 2050. Sin embargo, el camino hasta lograrlo se presenta complicado: según ha publicado Science and Technology Daily, diario chino financiado por el gobierno del país, el grupo de científicos que está trabajando en el proyecto lanzará a la estratosfera una pequeña estación espacial entre 2021 y 2025. Más tarde, en 2030, se actualizará su capacidad y, en 2050, se convertirá en una mega estación espacial completamente funcional. Con veinticuatro horas ininterrumpidas de luz solar directa –no sufriría las interferencias de los fenómenos atmosféricos–, esta instalación se convertiría en la primera fuente inagotable de energía limpia.
El gobierno chino asegura que, una vez puesta en marcha, podría suministrar energía el 99% del tiempo con una intensidad seis veces mayor que las instalaciones terrestres del mismo tipo. Su energía podría enviarse a la Tierra a través de microondas o láseres, aunque la tecnología exacta que se utilizará se determinará una vez se examinen todos los posibles riesgos que puede suponer. Una planta capaz de suministrar la cantidad de energía que pretenden sus promotores tendría que tener una envergadura considerable, lo que podría hacer inviable el proyecto. Por ello, los investigadores y científicos barajan la posibilidad de construir la estación espacial directamente en órbita utilizando robots e impresoras 3D.
Aunque este nuevo proyecto chino parezca estar pensado para ponerle solución al cambio climático, la CNN advierte de muchos expertos temen que la estación espacial solar se militarice y llegue a amenazar la seguridad mundial. Sin embargo, China no es el primer país con pretensiones de este calibre. Japón lleva más de una década barajando la posibilidad de poner en órbita una planta solar… y han avanzado en su propósito: en 2015, encontraron una solución sin cables para transmitir energía.
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