Noruega, el primer país libre de deforestación
El país nórdico es el principal inversor en proyectos de conservación medioambiental. Su último logro: regular el fin de la tala masiva.
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La producción de aceite de palma, de soja, de carne de vacuno y de madera en siete países con altas tasas de deforestación (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Indonesia, Malasia y Papua Nueva Guinea) contribuyó al 40% de la tala de bosques tropicales y al 44% de las emisiones de carbono entre 2000 y 2011, según la agencia Climate Action de la ONU.
Noruega es la principal inversora en proyectos de conservación forestal, así como una impulsora en programas de derechos humanos para las comunidades que residen en estos entornos. La Rainforest Foundation ha incidido durante años en acabar con la tala masiva de árboles, y en uno de sus campos de acción ha alcanzado su objetivo: Noruega se ha convertido en la primera nación del mundo en prohibir la deforestación. El parlamento se ha comprometido a que la política de contratación pública del gobierno estará libre de acciones que dañen los bosques.
Gracias a la Comisión Permanente de Energía y Medio Ambiente del Parlamento noruego, el Gobierno se ocupará directamente de proteger la biodiversidad mediante la prohibición de cualquier producto de su cadena de suministro que contribuya a la tala de árboles. Además, el Ejecutivo elaborará una política independiente para el cuidado de la biodiversidad.
Nils Hermann Ranum, jefe de campaña de Rainforest Foundation en Noruega, señala que el compromiso del país es un paso importante en los esfuerzos para proteger los bosques y las selvas tropicales, y anima a otros países a seguir su ejemplo. «En los últimos años, muchas compañías se han comprometido a poner fin a la adquisición de bienes que se pueden vincular a la destrucción de los bosques. Hasta ahora, los gobiernos no habían adoptado compromisos similares; por lo tanto, es muy positivo que el Estado noruego esté siguiendo el ejemplo y lleve a cabo las mismas acciones cuando se trata de la contratación pública».
Esta medida es una más de la larga trayectoria del país nórdico en su lucha contra la deforestación. Ya en 2008, Noruega donó mil millones de dólares a Brasil. Gracias en parte a esta ayuda, el país sudamericano redujo la deforestación en un 75% durante el año 2015, conservó más de 8 millones y medio de hectáreas de selva amazónica y evitó la emisión de 3,2 millones de toneladas de CO2.
Asimismo, durante la Cumbre del Clima de la ONU en Nueva York, en septiembre de 2014, Noruega hizo una declaración conjunta con Alemania y el Reino Unido para «promover los compromisos nacionales que fomenten cadenas de suministro libre de deforestación, incluyendo políticas de contratación pública de sostenible de productos como el aceite de palma, soja, carne de res y de la madera».
Regular la defensa del entorno supone el último logro medioambiental del país, pero aún queda camino por recorrer. Ranum anima a «otros países a seguir el liderazgo de Noruega y adoptar compromisos similares de deforestación cero».
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