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ESPECIAL ESG
Atraer, reclutar y retener. Este ha sido el gran grito de batalla de las empresas en las últimas décadas ante una competencia feroz por el talento, y es que el 70 % de los líderes en capital humano encuestados en el informe 2025 Talent Trends Research de Randstad afirmaron que la escasez de talento es su mayor problema. El mercado laboral, reflejo del mundo presente, se transforma a velocidades difíciles de asimilar. La revolución de la IA, la reconfiguración del comercio global y la globalización… Y la transformación sostenible.
Pese a que el viraje de la postura estadounidense hacia una visión más centrada en competitividad, o incluso de rechazo a los criterios ESG (environmental, social and governance), lo cierto es que las empresas, grandes y pequeñas, siguen avanzando en su transformación: según el informe Implantación de la Agenda 2030 de Pacto Mundial, en 2024 siete de cada diez empresas disponían de estrategia o plan de sostenibilidad. Más allá de las exigencias legislativas o el compromiso de generar un impacto positivo, el 84 % de las compañías encuestadas consideraba que la sostenibilidad ofrece ventajas competitivas, y más de la mitad afirmó que impacta positivamente en su cuenta de resultados.
Una realidad que se traslada a esa lucha por los mejores profesionales, donde ya no solo se compite por las habilidades técnicas o la experiencia, sino también por la capacidad de ejecutar de forma efectiva estrategias de sostenibilidad. En otras palabras: los profesionales capaces de descifrar las regulaciones climáticas, aquellos con habilidad para diseñar estrategias de impacto social con indicadores medibles o los que son expertos en integrar la gobernanza ética en modelos de cualquier tipo de negocio, figuran entre los perfiles más codiciados.
La mayor parte de las grandes compañías ya ha implantado gestión ambiental, reporting o financiación sostenible, tareas que exigen perfiles cualificados, explica Carlos Arango, director general de la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (Dirse). Un cambio que se refleja en la plantilla: el número de empresas que cuentan con una persona o departamento de sostenibilidad ha pasado de un 57 % en 2022 a un 76 % en 2024.
En cuanto a los perfiles más demandados están aquellas personas con un rol técnico y especializado, como ecodiseñadores, expertos en logística sostenible, gestores de residuos o especialistas en economía circular, detalla Arango. Pero más allá del aspecto técnico, el director general de Dirse indica que la sostenibilidad ya impacta en cualquier área del negocio. «Si alguien se incorpora al departamento financiero, debe dominar la financiación sostenible; si está en compras, necesitará una visión de sostenibilidad en la cadena de suministro…», ilustra.
En compañías con gran enfoque sostenible ha surgido el puesto de Chief Sustainability Officer (CSO), encargado de integrar la sostenibilidad en la estrategia de negocio. También se habla del Chief Value Officer (CVO), una evolución del Chief Financial Officer (CFO) que no solo busca generar valor para los accionistas, sino para todos los stakeholders, en línea con la evolución de las finanzas clásicas (maximize shareholder value) hacia las finanzas sostenibles (maximize stakeholder value), comentan fuentes del comité de Sostenibilidad de CFA Society Spain.
En el sector financiero, por ejemplo, han surgido analistas de riesgos ESG y especialistas en gestión sostenible. Las consultoras han desarrollado áreas específicas de asesoramiento ESG e incluso existen firmas especializadas en mejorar los «ESG scores» (métricas que evalúan el desempeño de prácticas ambientales, sociales y de buen gobierno). En los departamentos legales, por su parte, también están surgiendo divisiones dedicadas a evaluar riesgos reputacionales relacionados con ESG y posibles controversias («ESG controversies») que penalizan las valoraciones y la financiación de las compañías. «Los temas ESG han impulsado la creación y evolución de nuevos perfiles», dicen desde el CFA Society Spain.
El desafío no es solo atraer talento, sino también cultivarlo, pues la oferta educativa no crece al ritmo que exige el mercado. Como refleja el IV Informe Función de RRHH y Retos en la Gestión del Talento de The Adecco Group Institute y la Universidad Fernando III, «la transición ecológica sigue sin reflejarse en un desarrollo real de competencias verdes en los programas formativos».
Las empresas buscan profesionales ESG con visión, habilidades transversales y responsabilidad, pero el 79 % de los encuestados en Talent Forecast, encuesta publicada por CEOE, Fundación Telefónica, KPMG, LinkedIn, Microsoft, reconoce que estos perfiles son los más difíciles de encontrar. A estos les siguen, aunque en menor medida, los perfiles relacionados con el ámbito medioambiental (E), como afirma el 19 %, y los centrados en el buen gobierno (G), según señala el 14 %. Solo un 8 % de los encuestados destaca los perfiles profesionales relacionados con el ámbito social (S).
Los perfiles más demandados
Ante este desafío, las organizaciones están impulsando iniciativas de upskilling y reskilling para formar internamente a sus equipos en competencias ESG, compensando la brecha que existe en el mercado laboral. «La formación disponible es muy amplia y recoge distintas especializaciones según el objetivo y foco en cada caso», destacan desde CFA Society Spain. Así, las compañías combinan certificaciones oficiales, formación interna y desarrollo de habilidades para que sus empleados estén preparados para los desafíos ESG. El aprendizaje no solo se centra en conceptos financieros y regulatorios, sino también en el manejo de datos ESG, riesgos climáticos y nuevas metodologías de inversión sostenible, abundan.
«Aunque España ha avanzado en la integración de la sostenibilidad en el ámbito empresarial, aún enfrenta desafíos en términos de formación y especialización de profesionales en ESG», dicen los especialistas de CFA Society Spain. «La comparación con otros países europeos sugiere la necesidad de fortalecer la educación y capacitación en sostenibilidad para equiparar el nivel de preparación y competencia en este ámbito», concluyen.
Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, afirma que el mercado de la sostenibilidad vive un momento de expectación ante la aprobación de la ley Ómnibus de la Comisión Europea, que simplificará normativas y modificará el marco de la sostenibilidad empresarial, lo cual repercutirá hasta en un 80 % de los requisitos en reportes ESG. «Esto afectará a los perfiles técnicos que se habían incorporado a las organizaciones para hacer informes complejos de sostenibilidad», advierte; «habrá un cambio radical en el mercado». Por ejemplo, según explica el experto, la directiva de reporting de sostenibilidad (CSRD) limitará su aplicabilidad a solo un 20 % de las compañías obligadas actualmente, lo que podría paralizar la demanda de expertos en consultoría, verificación de datos o auditorías limitadas, roles que en los últimos años crecían con fuerza.
En cualquier caso, la hoja de ruta se perfila clara: la inercia nos conduce hacia la transformación sostenible de la economía. Quizá con cambios significativos que obligarán a reconfigurar los esquemas definidos tras el impulso del Acuerdo de París, pero los conocimientos transversales y técnicos de los profesionales seguirán siendo clave para conducir al sector a buen puerto en la nueva era ESG.

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