Alimentación sostenible para un planeta sostenible

ETHIC / Alimentación sostenible para un planeta sostenible
Nestlé quiere liderar un cambio de paradigma en toda la cadena de valor agrícola y ganadera para mejorar la salud de las personas y preservar el medioambiente

El planeta Tierra no es contenedor que los humanos usemos como mero utility del que obtener refugio, recursos y bienes de consumo. El planeta es nuestro hogar y estamos conectados con él en un sentido profundo. Nuestra salud y la del medioambiente están íntimamente ligadas en un círculo virtuoso en el que la alimentación es el elemento clave. Precisamente lograr una transición hacia una alimentación sostenible como vía para el cuidado de las personas y del entorno es uno de los grandes objetivos que, desde hace años, se ha marcado Nestlé. Un objetivo que la compañía ha plasmado en una serie de medidas que despliega, con la ayuda de sus proveedores, a lo largo de toda su cadena de valor.

«El mayor impacto que nuestra empresa produce en el entorno no está en nuestras fábricas, ni en nuestros transportes, ni en nuestros envases, sino que se genera mucho antes: en los ingredientes con los que preparamos nuestros productos. Ahí es donde podemos generar un verdadero gran cambio positivo que abarque la alimentación sostenible en su totalidad», resumió Jordi Llach, director general de Nestlé España, durante un encuentro informativo con periodistas en el que la centenaria empresa de alimentación repasó algunas de sus principales líneas de actuación en materia de sostenibilidad.

Jordi Llach: «El mayor impacto que nuestra empresa produce en el entorno no está en nuestras fábricas, ni en nuestros transportes, ni en nuestros envases, sino que se genera mucho antes: en los ingredientes con los que preparamos nuestros productos»

Solo en España y en los últimos cinco años, Nestlé ha invertido 112 millones de euros en el área de sostenibilidad, con actuaciones directas sobre sus diez fábricas en el país, sus operaciones logísticas y su relación con los consumidores. Fuentes de energía limpia, embalajes y residuos, transporte o campañas de concienciación sobre hábitos saludables dirigidas a la ciudadanía forman parte de una estrategia del campo a la mesa que alcanza a todos los actores del proceso, también a los que son parte fundamental de ese ciclo alimentario, los agricultores y ganaderos. Una parte importante de esa inversión, concretamente 12 millones de euros, se ha destinado a ganaderos y agricultores con los que trabaja la compañía y que desarrollan técnicas de la agricultura regenerativa. «El modelo de producción agrícola predominante durante las últimas décadas es el de una agricultura intensiva o convencional, que se caracteriza por fijarse en la producción o el rendimiento como única medida de su eficacia», explicó Jordi Domingo, coordinador de Proyectos de Agricultura Sostenible de Fundación Global Nature.

112

millones de euros
invertidos en el
sostenibilidad

12

millones de euros
destinados a la
agricultura regenerativa

Esa forma de entender la producción agrícola como una factoría inagotable ignora cuestiones fundamentales como que los recursos naturales no son infinitos ni invulnerables a los excesos humanos. En contraposición a ese modelo voraz e industrializado, la agricultura regenerativa propone un cambio de paradigma que tiene en cuenta los impactos que estos cultivos tienen sobre el agua, el aire y el suelo, y busca la forma no solo de minimizarlos, sino de regenerarlos. «Sin suelo y sin agua no se pueden producir alimentos», sentenció Domingo. El modelo regenerativo apuesta por recuperar esos recursos mediante medidas como la rotación de cultivos, la disminución de fertilizantes y pesticidas o la mejora de los suelos. Una reconciliación de la agricultura con la naturaleza que haga compatible el suministro de alimentos para las personas con las necesidades del planeta.

El poder de la colaboración

La agricultura regenerativa es uno de los pilares de Nestlé de cara a la consecución de su objetivo de lograr las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050. Una meta ambiciosa que desde la compañía tienen claro que no podrán alcanzar en solitario. En esa suma de esfuerzos y voluntades, la colaboración de agricultores y ganaderos es esencial. «Si queremos que el modelo regenerativo acelere y sea escalable, necesitamos su ayuda», apuntó Jordi Llach. En la actualidad, Nestlé trabaja con cerca de 500 profesionales del campo, que operan en distintas explotaciones repartidas por todo el territorio nacional suministrando a las fábricas de la compañía los ingredientes necesarios para la elaboración de sus productos. 

El modelo regenerativo apuesta por recuperar esos recursos mediante medidas como la rotación de cultivos, la disminución de fertilizantes y pesticidas o la mejora de los suelos

Las alianzas con socios estratégicos que aporten conocimiento y compartan visión y objetivos son otra de las claves de este cambio de paradigma. Nestlé y Fundación Global Nature iniciaron en 2021 un camino en común con distintos proyectos bajo el signo de la regeneración destinados a reducir la huella ambiental de la producción agrícola. «Siempre que hay un cambio importante, se necesita unir fuerzas», destacó Jordi Domingo. Para este especialista, la palabra clave es «acompañamiento». Porque, según explicó, «los agricultores saben muy bien lo que tienen que hacer y no necesitan que nadie de fuera les enseñe a hacer su trabajo. Lo que sí sabemos y podemos hacer es caminar a su lado en ese proceso, aportar, sumar, trabajar con inteligencia colaborativa».

Vuelta a los orígenes

Fruto de ese esfuerzo colaborativo, en la actualidad el 100% de la producción de tomate en Miajadas (Extremadura) que provee a la marca Solís es cultivada con técnicas regenerativas, algo que también sucede con los campos de cereales de Castilla y León y Navarra, con los que se producen las papillas de Nestlé. En total, el 21,4% del total de los ingredientes clave que utiliza Nestlé a nivel mundial hoy tiene ese origen, con el compromiso de alcanzar el 50% en 2030. 

Estas prácticas también se extienden al centenar de ganaderos de la cornisa cantábrica que proveen de leche a la factoría de leche condensada La Lechera, en Pontecesures (Pontevedra), así como a las fábricas de leches infantiles de Sebares (Asturias) y de chocolates y leche en polvo de La Penilla de Cayón (Cantabria). Planes individualizados para cada granja permiten mejorar la alimentación de las vacas lecheras a través de medidas como el laboreo reducido, la siembra directa, la rotación de cultivos o la siembra de leguminosas. En los últimos años, Nestlé ha invertido más de 6 millones de euros en algo más de 110 granjas con este propósito, un desembolso que ha permitido reducir más de 43.600 toneladas de emisiones de CO2.

Centros de producción Nestlé en España

Relevo generacional

La tecnología y la digitalización, presentes hoy en prácticamente todos los eslabones de la producción alimentaria, son otros de los factores aceleradores del cambio. Una tecnología cada vez más accesible para los propios agricultores y ganaderos, que facilita operaciones como la detección de plagas, la optimización de los nutrientes o la planificación del riego, y que también está actuando como palanca que impulsa la profesionalización del sector, además de favorecer un necesario relevo generacional. «Los agricultores son cada vez más conscientes de que hablar de sostenibilidad es hablar de garantizar su competitividad en el futuro», resumió Jordi Domingo. 

Más allá de las necesarias cifras de rentabilidad, los profesionales del campo necesitan sentir que su trabajo se valora y se reconoce. Algo que estos proyectos conjuntos están haciendo posible. «Desde Nestlé queremos liderar la transición hacia una alimentación sostenible, pero no queremos hacerlo solos. Cuantos más se sumen a esta revolución, mucho mayor será su impacto», aseguró Jordi Llach. 

La agricultura regenerativa es una de las claves para lograr que la producción de alimentos recupere esa esencia circular que siempre tuvo y que está íntimamente relacionada con el ciclo natural de la naturaleza. Para el director general de Nestlé España, es fundamental «lograr un sistema agrícola sostenible que no solo conserve y regenere los recursos, sino que genere beneficios para los agricultores, el medio ambiente y la sociedad en su conjunto».