Un momento...
Ethic para Airbnb
El paisaje español ofrece la oportunidad de maravillarse en cada rincón, desde las playas del norte, pasando por la llanura castellana, o por el Mediterráneo, hasta la gran extensión de olivares que encontramos en diferentes puntos de la península. La fascinación que produce la diversidad paisajística de España es monumental. Puntualmente, ha hecho que los habitantes de las zonas de olivo sean aún más conscientes del potencial de su tierra. Por ello, en los últimos años ha llegado con fuerza el oleoturismo, una alternativa de turismo rural centrado en la naturaleza que, además de celebrar la tradición olivarera de nuestro país, tiene un impacto muy positivo en las regiones productoras de aceite.
España es el líder mundial en producción de aceite de oliva y aceitunas: los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sitúan a nuestro país como productor del 70% del aceite de oliva que se consume en la UE, y un 45% del que se consume a nivel mundial. Aunque el cultivo de olivos se extiende por toda la zona centro-sur y este de la península, la mayor parte se concentra en Andalucía.
La concentración de la actividad relacionada con los olivares en determinadas zonas, unida al atractivo tanto cultural como paisajístico, hace que se haya querido aprovechar al máximo su potencial turístico.
En este contexto nacen iniciativas como festivales, catas de aceite o visitas guiadas a los olivares que tienen como objetivo dar a conocer la cultura y el paisaje del aceite. También existen proyectos como Apadrinaunolivo.org, que permite a los visitantes apadrinar un árbol y visitarlo para conocer la zona, u Oleoturismo en España, impulsado por la Asociación Española de Municipios del Olivo y que diseña una serie de «rutas del aceite» para facilitar la expansión del oleoturismo.
Según datos de Airbnb, en 2022 y 2023, el 70% de las estancias reservadas a través de la plataforma se realizaron en zonas de baja densidad de población, y el oleoturismo tuvo un protagonismo especial en ellas: en 2023, registró hasta 221.000 huéspedes en zonas del paisaje olivar, que dejaron casi 123 millones de euros de gasto en la región. Solo en Andalucía, nueve de las diez regiones con Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) analizadas en un estudio de Airbnb duplicaron el número de huéspedes durante un solo año.
Además de movilizar la economía de estas regiones, el desplazamiento de visitantes hacia zonas con menos densidad contribuye a aumentar y equilibrar la sostenibilidad del turismo, que deja de concentrarse exclusivamente en las grandes ciudades y se distribuye por espacios que merece la pena conocer.
«El aceite de oliva es sin duda uno de los tesoros más preciados de la cultura española, profundamente arraigado a nuestra historia, por su importancia en la gastronomía y el impacto económico en el país» afirma Sara Rodríguez, directora de Políticas Públicas y Campaña en Airbnb Marketing Services, SL. «En Airbnb, valoramos el interés que suscita entre los viajeros, tanto nacionales como internacionales, y reconocemos el papel fundamental que desempeña el oleoturismo al distribuir a los visitantes hacia áreas más rurales y menos saturadas, promoviendo así un desarrollo turístico más equilibrado y sostenible».
Por otro lado, y además del atractivo de las zonas con DOP, no podemos olvidar una de las grandes ventajas del turismo rural: su asequibilidad y competitividad con respecto al turismo urbano y masivo, lo que lo hace idóneo para familias o grupos. Algunas DOPs como el Bajo Aragón, Villuercas-Ibores-Jara (Extremadura), Comunidad Valenciana, Sierra del Moncayo (Aragón), Campo de Calatrava (Castilla La Mancha), La Rioja, Monterubio (Extremadura) tienen un precio medio por noche de 130€ o inferior, un número que se reduce bastante si pensamos que corresponde a la reserva total, por lo que el importe entre varias personas es mucho menor.
Además, el teletrabajo y la flexibilidad que algunas empresas adoptaron después de la pandemia también ha facilitado la adaptación de este tipo de turismo, ya que se puede ir a la oficina desde cualquier parte de España si se tiene una buena conexión, alargando así las vacaciones o disfrutando de unos días de trabajo desde un lugar diferente. Así, y según lo registrado por Airbnb durante los dos últimos años, frente a la media de tres noches reservadas en áreas urbanas, en zonas rurales la estancia se alarga hasta los cuatro o cinco días. Los viajeros son principalmente familias de origen español, lo que da cuenta de lo importante que es también el turismo interior, que nos permite disfrutar de nuestros paisajes y de nuestra cultura a precios asequibles para todos y creando un ecosistema económico sostenible con el día a día de los habitantes de zonas turísticas.
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