A casi siete de cada diez docentes les preocupa la falta de dispositivos entre el alumnado para la enseñanza a distancia y alertan sobre el riesgo de exclusión de los alumnos y familias más vulnerables. Al 63% les inquieta la falta de personal en los centros para hacer frente a las nuevas necesidades y al 60%, la disponibilidad de medidas de seguridad e higiene. El 61% señala como dificultad la gestión de las emociones y el 60%, que sus alumnos puedan ser autónomos y autogestionar su aprendizaje.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio Panorama de la educación en España tras la pandemia del COVID-19: la opinión de la comunidad educativa, realizado por un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Málaga y coordinado por el profesor Fernando Trujillo. En la investigación, que ha sido promovida conjuntamente por BBVA y Fad (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), han participado más de 5.000 docentes, alumnos y familias.
Los docentes se muestran escépticos ante una administración educativa que, en su opinión, se ha limitado durante el curso 2019-2020 a invocar la autonomía de los centros sin aportar soluciones, ni recursos, ni inversiones. La falta de instrucciones claras y criterios unificados para abordar la actividad docente durante el cierre de los centros ha provocado un acusado sentimiento de abandono y un profundo cansancio entre los profesores y los equipos directivos que confiesan haber recurrido a la improvisación.
La enseñanza presencial garantiza la igualdad
A pesar de todo, del estudio se desprende un sentimiento generalizado de esperanza: los docentes, al igual que los alumnos y sus familias, viven la crisis con un profundo deseo de transformación. Esta situación podría posibilitar que se consiga un sistema educativo fortalecido. Los profesores, además, desean formarse para estar a la altura.
Esta investigación supone el paso previo a la inminente puesta en marcha de Educación Conectada, un proyecto de BBVA y Fad que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis causada por el COVID-19. El objetivo es paliar las graves consecuencias que la actual crisis está teniendo en toda la comunidad educativa, y está dirigido especialmente a la población más vulnerable.
Educación Conectada nace de la experiencia acumulada en los más de quince años de vida del proyecto Acción Magistral, que se reinventa para prestar un mayor apoyo a la comunidad educativa en esta crisis pos-COVID. Las líneas principales de trabajo que se desarrollarán en los próximos meses plantean como prioridades la adaptación de los centros escolares a la nueva realidad tras la crisis del coronavirus; acciones de reducción de la brecha de uso digital (formando en competencias sobre todo); dar apoyo a las familias vulnerables y reducir la brecha de acceso por la falta de equipos disponibles y posibilidades de conectividad.
En este sentido, BBVA y Fad han lanzado un reto: se invita a los estudiantes a proponer ideas innovadoras para adecuar los espacios en los centros escolares y dinámicas educativas que puedan favorecer una mayor motivación. Para la directora de programas de inversión en la comunidad de BBVA, Lidia del Pozo, «BBVA lleva 15 años apoyando a los centros educativos y a los docentes en España, a través del proyecto Acción Magistral. Ahora debemos evolucionar y ser capaces de apoyar a la educación donde más se necesite, para que los efectos del COVID-19 no dejen a nadie atrás. Esperamos poder contribuir con nuestros recursos, impulso y experiencia a solucionar los desafíos de la nueva realidad educativa y poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, tal y como enuncia nuestro propósito».
Por su parte, la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura, ha explicado que «estamos ante un momento de crisis sin precedentes en todos los niveles: sanitaria, económica y social, por supuesto, pero también ante una crisis educativa. Nunca se habían cerrado los centros escolares durante tanto tiempo y tenemos que ser capaces de dar respuesta a las grandes necesidades de todo tipo que plantean centros, docentes y familias».
La enseñanza presencial no es solo un deseo o una añoranza del tiempo previo al confinamiento, sino que se concibe como una necesidad por muy diferentes razones: según el profesorado, garantiza la igualdad. Tal y como señala el documento, los docentes asumen el reto de la educación a distancia durante el confinamiento y están preparándose para abordar el próximo curso con las mejores garantías de éxito.