La tecnología al servicio de la desnutrición

Durante décadas, cuando se trata de tecnología, la narrativa dominante ha girado en torno al progreso, la eficiencia y la productividad como fin último.

En SIC4Change llevamos más de siete años explorando otra posibilidad: cómo poner la innovación y la tecnología al servicio de las personas y del desarrollo social.

Una de nuestras iniciativas más transformadoras es Nut4Health, un programa que combina tecnología y acción comunitaria para combatir la desnutrición aguda en menores de cinco años, así como en mujeres embarazadas y lactantes.

Nuestra plataforma tecnológica es una herramienta que guía paso a paso a una red de agentes comunitarios que, desde el territorio, detectan de forma temprana los casos de desnutrición mediante una búsqueda activa. En Mauritania, esta red ha logrado reducir en más de un 89% la incidencia de casos y aumentar la tasa de recuperación en un 146 %.

Pero el valor de la tecnología no termina ahí. La plataforma también permite registrar información detallada del hogar y del centro de salud, generando datos en tiempo real sobre la situación nutricional de las comunidades. Esta capa de información facilita una toma de decisiones más ágil, contextualizada y eficiente, tanto para equipos locales como para autoridades sanitarias.

Además, la aplicación permite acompañar a las familias con recomendaciones sobre nutrición y salud, enviadas por SMS directamente a sus teléfonos móviles. Y es que combatir la desnutrición no se trata solo de llegar a tiempo sino también de permanecer, acompañar y fortalecer conocimientos desde lo cotidiano.

Para que el impacto sea realmente sostenible en el tiempo se debe promover autonomía, la prevención y la continuidad del cuidado más allá del momento del diagnóstico.

Pero lo que muchas veces pasa desapercibido es el tejido que sostiene ese «cómo»: los conocimientos locales, la confianza comunitaria y el liderazgo femenino. Porque en Nut4Health, las mujeres no son solo ejecutoras; son parte fundamental del diseño y la dirección del cambio. Madres, promotoras de salud, técnicas, médicas, comadronas en Guatemala y coordinadoras locales están revolucionando el modo en que entendemos la innovación.

Para que ese impulso se mantenga y escale, hay dos principios imprescindibles: la escucha activa desde el inicio porque incluir a las comunidades en el diagnóstico del problema garantiza relevancia, apropiación y sostenibilidad, y la equidad en los equipos y liderazgo porque no basta incluir algunas mujeres en los espacios de trabajo,  debe garantizarse que tengan una participación activa y representación en espacios de decisión y visibilidad.

Porque hablar de liderazgo femenino no es solo hablar de presencia, es hablar de enfoque. De una manera distinta de mirar los problemas y de construir soluciones que parten de la colaboración y el compromiso con la vida en comunidad. Es hablar de mujeres que no solo usan la tecnología, sino que la adaptan a partir de sus experiencias, contextos y saberes.

Hablar de liderazgo femenino no es solo hablar de presencia, es hablar de enfoque

Las mujeres que lideran procesos de innovación en Nut4Health generan un impacto que no se mide únicamente en indicadores de eficiencia, sino en transformación social real. Comunidades con soluciones desarrolladas desde adentro, niñas y niños que acceden a una nutrición digna, y familias acompañadas para fortalecer sus conocimientos y buenas prácticas son parte de los resultados que demuestran que es posible sostener procesos duraderos, éticos y profundamente humanos.

Vale la pena recordar que la tecnología, por sí sola, no basta. Necesita propósito, necesita comunidad, y necesita, como en Nut4Health, el liderazgo de mujeres que trabajan todos los días por un futuro más justo, más saludable y más inclusivo.

 Blanca Pérez es directora de SIC4Change