Desde Hiroshima
El 6 de agosto, cuando Toyofumi Ogura caminaba bajo un cielo de un azul intenso, en dirección a la ciudad, una intensa luz brilló en el cielo. Tan solo un momento después Toyofumi Ogura escuchó un estruendo sordo y una presión violenta le cortó la respiración. Era la onda expansiva de la primera bomba atómica que el ejército americano había arrojado sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.