Ecotrends
Los colores del vino… más verde
El vino es símbolo de unión y celebración, pero también puede ayudarnos a cuidar la tierra que brinda sus uvas. Bodegas.bio nace para crear una comunidad de viticultores y consumidores responsables que quieren hacer del mundo un lugar mejor en cada sorbo.
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Hace un lustro que la palabra sostenibilidad entraba en el vocabulario de países y empresas. Fue la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible los que la pusieron sobre el tablero internacional y, poco a poco, fue impregnando el día a día de todos. Pero en un año gris como el 2020, coincidiendo con el cumpleaños de esta ambiciosa agenda climática, nacía un nuevo proyecto con el espíritu de revolucionar el sector vinícola español. Entre vides y olor a tierra, como si de un tradicional mercado –eso sí, trasladado a lo online– se tratase, surgía Bodegas.bio.
Venta d’Aubert, Ad Libitum, Puerta del Viento… y así hasta sesenta productores que cuidan con mimo cada uva se han unido gracias al emprendedor gallego Carlos Vázquez para conectar con aquellos consumidores concienciados que busquen elevar su experiencia con cada copa de vino. La preservación del medio ambiente y el impulso a las economías rurales están en el corazón de este proyecto que busca generar un impacto económico, ambiental y social positivo.
Bodegas.bio trabaja para mejorar la visibilidad comercial de estos artesanos de la uva especializados en vino natural, ecológico y biodinámico. Comprando a través de este marketplace, los amantes de este codiciado caldo se aseguran de que las bodegas hayan seguido escrupulosos criterios de sostenibilidad en su producción, desde la siembra hasta la propia elaboración. Como cuenta su impulsor, «consumir vino implica también contribuir a preservar un paisaje y unas tradiciones, y apoyar la economía de los pueblos a través de proyectos de pequeños productores, en muchos casos, ubicados en la España vaciada». A través de Bodegas.bio, Vázquez quiere fomentar una forma sostenible de producir y consumir, porque, asegura, «una viticultura respetuosa con el medio ambiente revierte directamente sobre la calidad de los vinos y sus beneficios para la salud».
Carlos Vázquez: «Consumir vino implica contribuir a preservar un paisaje, unas tradiciones y la economía de los pueblos»
Sabor, esencia y neutralidad en carbono
Minimizar la huella medioambiental del vino forma parte de la esencia de esta firma, y por eso sus envíos siempre se han realizado directamente desde las bodegas, fomentando así un transporte más respetuoso con el entorno. Sin embargo, para conseguir compensar su impacto ecológico, este mercado vinícola online quería dar un paso más. Así, decidieron unirse a Reforestum, una startup vallisoletana que ofrece a empresas y particulares la posibilidad de compensar su huella de carbono plantando árboles.
Saquemos la calculadora: si cada envío realizado desde una bodega sostenible genera, de media, veintidós kilos de CO2 y un árbol de cuarenta años captura, aproximadamente, tres toneladas de este gas, Bodegas.bio debería plantar un árbol por cada diez envíos realizados desde sus bodegas. Y así lo hará: ya se ha puesto en marcha el proyecto para reforestar los bosques de Calahorra de Boedo, en Palencia. Decía Salvador Dalí que aquel que sabe degustar «no bebe demasiado vino, pero disfruta de sus suaves secretos». Y, quizá, estos estén también en devolver algo a la vida –y al planeta– que disfrutamos en cada copa.
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