Opinión

Viajar sin barreras

En el mundo hay más de mil millones de personas con algún tipo de discapacidad que también son viajeros potenciales. La falta de una información estandarizada es su principal barrera.

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03
octubre
2017
Viajar

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Imagine que una persona imposibilitada de cintura para abajo sube a un avión por una rampa perfectamente acondicionada para sillas de ruedas y que, cuando llega al aeropuerto de destino, en otro país, solo tienen escaleras para bajar de la nave.

Este ejemplo extremadamente simplista sirve para ilustrar la situación que vive hoy el 15% de la población mundial, unas mil millones de personas con algún tipo de discapacidad. La cifra aumentará si tenemos en cuenta que, en 2050, la población mayor de 65 años representará casi la cuarta parte del total. Todos ellos viajeros que, en definitiva, no quieren nada especial: «Solo viajar como una persona normal». Una de las principales trabas es la falta de una información global y estandarizada.

Esta es una de las conclusiones más relevantes del informe encargado por Amadeus, proveedor de soluciones tecnológicas para el sector del turismo mundial, y la consultora Ilunion, de Fundación ONCE. Bajo el título La accesibilidad en el viaje, integra perspectivas de afectados y expertos para facilitar una imagen completa del panorama de accesibilidad de los viajes, y determinando las diferentes necesidades y los puntos conflictivos.

«A la vista de las cifras, la industria se ha dado cuenta de que hay negocio, y eso es un gran paso hacia delante, hacia su implicación real con los que tienen algún tipo de discapacidad en los viajes», opinaba el director de Accesibilidad Universal de la Fundación ONCE, Jesús Hernández, durante la presentación del estudio. «Hoy en día, un viaje de una persona sin ningún tipo de discapacidad le cuesta, de media, un 30% menos que a quien sí la tiene», añadía Hernández, y concluía: «Es entendible porque muchas veces un discapacitado necesita más infraestructura para moverse. Pero esa diferencia puede reducirse».

A raíz de esta afirmación, el vicepresidente y secretario del Consejo de Administración de Amadeus IT Group, Tomás López Fernebrand, opina que la clave está en la información: «Si las compañías crean unos estándares a nivel global de la información de la que proveen, tanto del origen como del destino, esa diferencia se irá mitigando». Y pone un ejemplo: «Un equipo español paralímpico de baloncesto viajó a Glasgow recientemente, y mientras en el aeropuerto Adolfo Suarez Barajas tenían todas las medidas para que embarcaran con sus sillas de ruedas sin problemas, en el escocés se encontraron con que no las había. Nadie les había informado de eso». López Fernebrand explica que, desde Amadeus, están pidiendo la colaboración de todas las agencias y compañías para que la misma información estandarizada sea accesible en toda la cadena de valor, y a nivel mundial. «Suena a una obviedad, pero es una tarea realmente compleja», advierte.

Esa información a la que se refiere López Fernebrand evitaría, por ejemplo, la disparidad de criterios de las compañías aéreas respecto al tratamiento de sus viajeros con algún tipo de discapacidad. El estudio patrocinado por Amadeus recoge algunas declaraciones al respecto en primera persona, como la de Daniel Caverzaschi,jugador de tenis paralímpico de 23 años: «En una ocasión tuve que hacer escala durante tres horas y, cuando solicité la silla de ruedas en el aeropuerto, insistieron en que necesitaba un auxiliar. Expliqué al personal del aeropuerto que soy totalmente autosuficiente, pero terminaron asignándome a una persona que ni siquiera hablaba ingles y terminé perdiendo el vuelo de conexión. Por primera vez me sentí inútil, una persona realmente discapacitada. Otra cosa que me molesta es la manera en que tratan las sillas de ruedas; ya me han roto cinco durante un viaje».

Entre las reclamaciones que recoge el informe respecto a la accesibilidad a la información, predominan las que opinan que en ocasiones es demasiado técnica, o que no está preparada, por ejemplo, para que pueda llegar a personas con ceguera o problemas auditivos. «Hasta hace poco, la excusa que se ponía para no universalizar la información era la barrera tecnológica», opina López Fernebrand, y continúa: «Hoy, la tecnología no solo no es una barrera, sino que sirve de canalizadora. Es la clave para que los viajes sean, cada vez más, accesibles a todos». Esta información aumentaría la competitividad entre agencias y compañías, y sería el acicate para mejorar la accesibilidad de persona discapacitadas.

El vicepresidente de Estrategia Corporativa de Amadeus IT Group, Alex Luzarraga, lo resume: «Todos compartimos el deseo de explorar nuestro mundo, de ver nuevos lugares, conocer gente diferente o estar cerca de lo que consideramos importante. Los viajes potencian economías, amplían la cultura y crean conexiones entre las sociedades. Por este motivo, es fundamental eliminar las barreras del viaje (y actualmente los requisitos de accesibilidad presentan barreras) para que todas las personas puedan disfrutar de sus beneficios. Estamos decididos a desempeñar nuestro papel, trabajando con clientes y socios para implementar la tecnología y ofrecer viajes mejores y más accesibles».

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