Pobreza en España: ¿Todo lo que sube tiene que caer?

La pobreza en España sigue en alza. Los últimos datos disponibles de la tasa de riesgo de pobreza y exclusión (AROPE, el indicador que se utiliza a nivel europeo y que incluye a personas que viven en hogares con bajas rentas o en hogares con baja intensidad de empleo o con privación material severa), nos muestran que casi 12,5 millones de personas (26,9%) se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión en España. El punto más alto desde el inicio de la crisis [1].

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Por una combinación de efectos. Por un lado, han caído las rentas de los hogares debido al espectacular incremento de la tasa de paro desde 2008. Un factor de especial gravedad es el aumento del paro de larga duración y, como consecuencia, la cantidad de personas que quedan sin protecciones sociales cuando las ayudas se agotan. Caen las rentas y suben los gastos o hay dificultad para apretarse el cinturón en aspectos como las deudas hipotecarias (que no se caracterizan por su flexibilidad).

Por otro lado, tenemos que incluir el efecto de los recortes sociales, que se comienzan a ejecutar a partir de 2010[2] [3]. Aquellos hogares que en años anteriores contaban con becas de material escolar, de comedor o con ayudas para el cuidado de las personas dependientes, han tenido que asumir estos costes en una situación económica bastante deteriorada.

Esta combinación de factores ha supuesto un desequilibrio financiero en los hogares, que han dejado a muchas personas en situación de pobreza.

Y a partir de aquí, ¿qué podemos esperar? El presente escenario de ajustes y recortes sociales agravará la situación de pobreza y exclusión social de los hogares españoles, extendiéndolo a más capas de la población y dificultando la adopción de políticas que contribuyan a paliarla. En base a las previsiones sobre desempleo, en los próximos años la pobreza va a reflejar el masivo incremento de los despidos individuales y colectivos que trajo la reforma laboral, así como las diversas medidas de austeridad como respuesta a la actual crisis económica.

La situación de pobreza de millones de personas en España debería ser una prioridad para las políticas públicas en nuestro país. La obsesión por el control del déficit está alterando la percepción de los responsables políticos, que no parecen ver la profunda crisis social que se está alimentando con las medidas puestas en marcha. La pobreza no es una catástrofe natural, sino un producto de políticas injustas que excluyen del derecho a vivir con dignidad a una parte importante de la ciudadanía.

La pregunta entonces no es si estos demoledores datos van a descender en los próximos años, la pregunta es ¿qué van a hacer los responsables políticos para erradicar la  pobreza y la exclusión social? ¿Qué va a hacer la ciudadanía por construir una sociedad con justicia y equidad?

[2] Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público. Boletín Oficial del Estado nº 126 de 24 de mayo de 2010.

[3] Gobierno de España. Programa de Estabilidad 2011-2014. Disponible en: http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nrp/sp_spain_es.pdf