Medio Ambiente

Tres razones para utilizar el Green Deal en la reconstrucción económica de Europa

Con la pandemia, todo apuntaba a que se aparcarían los objetivos climáticos europeos y, sin embargo, la Comisión ha decidido hacer de ellos su estrategia de crecimiento económico: el 30% del presupuesto del Plan de recuperación para Europa irá destinado a la transición ecológica.

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02
septiembre
2020
Foto:: © European Union 2019. Oscar del Pozo

El pasado mes de diciembre, los recién estrenados representantes de la Comisión Europea presentaban el Green Deal europeo, un ambicioso plan orientado a alcanzar el objetivo de la neutralidad de carbono en el continente para el año 2050. «Es como el momento ‘hombre en la luna’ para Europa», sostenía entonces la presidenta del ejecutivo, Ursula von der Leyen. Lo que nadie esperaba es que, apenas tres meses después, la irrupción del coronavirus paralizase cualquier intento de despegue. En medio de una crisis sanitaria sin precedentes, cabía esperar que se pospusiesen los objetivos climáticos y se diese prioridad absoluta a los esfuerzos destinados a mitigar los estragos sociales y económicos más inmediatos derivados de la pandemia. Sin embargo, la Unión Europea ha decidido tomar el camino contrario.

«El Green Deal es desde el inicio una estrategia de crecimiento y ahora es también nuestra hoja de ruta para salir de esta crisis de la COVID-19. Era necesario entonces y es aún más necesario ahora». Así de tajante se mostraba ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante la reunión anual del think tank Bruegel, en la que anunció que en los próximos meses la Unión Europea formulará nuevas políticas y reforzará sus objetivos climáticos. Será en las próximas semanas cuando precisamente se presente el nuevo objetivo climático para 2030 para aumentar la reducción de las emisiones del 40% actual a un 50% o un 55% respecto a los niveles de 1990.

De esta manera, Timmermans dejaba claro que la pandemia no ha empañado los planes climáticos. Al contrario, según él, los ha hecho aún más necesarios. «A medida que aumenta la incertidumbre, también aumenta la presión sobre los gobiernos para que proporcionen soluciones rápidas y de corto plazo. Sin embargo, aquí estamos, no solo manteniendo nuestras ambiciones, sino duplicándolas», mantiene. Se trata de una medida que ya causaba controversia antes de la pandemia, ya que países con gran dependencia del carbón, como Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia se opusieron desde el inicio al plan de descarbonización actual y han denunciado en repetidas ocasiones que una reducción de emisiones más estricta puede ser catastrófica para sus economías. Sin embargo, sin entrar en detalles, el encargado del Pacto Verde ha asegurado que los nuevos objetivos son «factibles y tienen sentido» y ha señalado que «ahora es el momento oportuno para más ambición» porque impulsará el desarrollo económico sostenible.

Frans Timmermans: «Aumentar la ambición climática impulsará el desarrollo económico sostenible»

Según ha explicado Timmermans, existen tres motivos por los que el Green Deal europeo debe ser la palanca para la reactivación de la economía en un momento tan complicado como el actual en el que, reconoce, las prioridades de las personas han cambiado. El primero hace referencia al momento en el que nos encontramos: según advierte la comunidad científica, quedan diez años para que el aumento global de las temperaturas alcance niveles de no retorno y, de no actuar ahora, los efectos del cambio climático serán irreversibles. «Mientras luchamos contra la crisis sanitaria y económica actual no podemos olvidar que la emergencia climática ya tiene un pie en la puerta. Y aunque el coste de la acción climática pueda parecer alto, este acabaría siendo eclipsado por el gran coste de la inacción. Podemos seguir en esa batalla mientras al mismo tiempo mejoramos nuestras vidas», sostiene.

El segundo argumento viene de la mano del Plan de recuperación para Europa, que contempla una movilización sin precedentes de 1.824.300 millones euros para relanzar la economía tras la pandemia y apoyar la inversión en las transiciones ecológicas y digital. De hecho, cerca del 30% de esta suma está exclusivamente destinada a medidas que ayuden a alcanzar los objetivos climáticos entre 2021 y 2027. El vicepresidente de la Comisión Europea ha justificado la unión de ambos propósitos –el de abordar la crisis económica y la climática– alegando que se trata de una oportunidad única. «Es de dinero que hemos cogido prestado de las próximas generaciones y no podemos destinarlo a nuestro pasado, sino a su futuro», explica. Y añade: «Para hacer frente a la crisis de la COVID-19 necesitamos políticas macroeconómicas expansivas, y el Green Deal ofrecerá un doble beneficio: la inversión necesaria para la transición es del mismo calibre que la necesaria para la recuperación. Así que, ¿por qué escoger una cuando podemos tener las dos?».

Como último argumento, el vicepresidente del ejecutivo europeo ha hecho referencia a la oportunidad que supone la transición ecológica para la generación de empleo verde. «No podemos volver a caer en la trampa en la que caímos tras la crisis financiera de 2008. Claro que debemos proteger los salarios y empleos y asegurar que la crisis actual no aumente las injusticias en nuestras sociedades; pero lo que no debemos hacer bajo ningún concepto es proteger los sueldos y los empleo preservando unas fuentes de sueldo y empleos que sabemos que no tienen lugar en el futuro», señalaba Timmermans. Y añadía: «hacerlo sería malgastar dinero y el tiempo de la gente». En esta línea, el encargado de la cartera climática europea defendía una realidad que ha cogido fuerza en los últimos años: no se puede construir una sociedad más verde y justa si se mantiene un modelo económico que durante años ha generado una creciente desigualdad a través de unos recursos cada vez más limitados. «El Green Deal será social o no será», concluye.

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