Ciudades

Movilidad eléctrica: la España vacía… ¿y desenchufada?

Mientras la transición hacia el coche eléctrico se configura como un imperativo en la lucha contra la emergencia climática, el mapa de los puntos de recarga refleja que la desigualdad entre las zonas urbanas y rurales también viaja por carretera.

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27
agosto
2019

La España vacía es una expresión que nos es cada vez más familiar. Un territorio que pierde una población que migra en pos de perseguir una vida mejor o más oportunidades profesionales y laborales. En su libro que lleva por nombre esa conocida expresión, Sergio del Molino asegura que hay que viajar «muy al norte, hasta Escandinavia, para encontrar en Europa unas densidades de población tan bajas como las de la España vacía». La gente se va, pero la vida no se detiene. El futuro se aproxima a hurtadillas: 2020 está al caer; 2030, a la vuelta de la esquina; y 2050 ya no parece un año lejano reservado a la ciencia ficción. El planeta se mueve hacia una transición ecológica que implica una vuelta de tuerca al tipo de energía que consumimos y que irá acompañada de una revolución en el ámbito de la movilidad.  Los expertos apuntan a que el futuro de los coches será eléctrico y, según sus previsiones, todo parece apuntar a que, en algunos años, diremos adiós al diésel y a la gasolina. Pero… ¿estamos preparados?

Las grandes urbes, donde se aglutina un porcentaje cada vez mayor de la población, no tendrán muchas dificultades para hacer frente al reto del vehículo eléctrico -teniendo en cuenta la mayor brevedad de los trayectos urbanos y la cantidad de puntos de recarga ya instalados-, pero está en el aire predecir qué ocurrirá con esa España vaciada. Noruega, el país escandinavo con mayor número de coches «verdes» per capita del mundo -el país cuenta con incentivos fiscales para la compra y una amplia red de recarga que hace que este tipo de vehículos sea viable incluso en viajes largos-, se configura como uno de los modelos a seguir entre las zonas menos densamente pobladas. Así, llegar hasta las provincias que cada vez tienen una población más escasa es el gran desafío de la electrificación del parque móvil español.

El parque de vehículos eléctricos en España supera hoy los 33.211 turismos

Según los datos de la EAFO,  en lo que llevamos de 2019 se han matriculado 5.604 turismos eléctricos e híbridos enchufables. Para la misma fuente, en 2018, el total de matriculaciones ascendió a 11.639 turismos. En total, si nos fijamos en los datos del Observatorio del Vehículo Eléctrico y Movilidad Sostenible de la Universidad Pontificia de Comillas-ITT, el parque de vehículos de este tipo en España asciende a 33.211 turismos, 5.193 furgonetas y menos de doscientos autobuses. Si lo comparamos con otros países, pese al crecimiento experimentado en los últimos años, el camino hacia la electrificación de la movilidad se presume largo: estamos a años luz de los 274.207 vehículos que circulan por las carreteras de Noruega, los 216.264 de Alemania, los 212.651 de Reino Unido, los 180.277 de Francia o los 152.510 que se concentran en la pequeña Holanda.

El reto se presume titánico. Según estimaba el comisario europeo responsable de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, si España quiere cumplir las exigencias marcadas por la Unión Europea -que ha fijado un objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 37,5% para coches y del 31% para furgonetas en el año 2030-, necesitará que para esa fecha haya 373.000 vehículos eléctricos circulando en poco más de diez años. Sobre el papel, conseguir alcanzar esa ambiciosa meta se traduce en la necesidad de instalar masivamente puntos de recarga por todo el territorio: si en 2017 el país contaba con apenas 4.600 puntos, en 2025 serán necesarios 80.000. Y, si miramos a 2030, la cifra sube hasta los 312.000.

coche eléctrico

A la izquierda, número de puntos de recarga en Europa. A la derecha, flota de vehículos eléctricos. || Gráficas: Observatorio Universidad Pontificia de Comillas. Fuente: (EAFO)

La situación avanza, sí, pero el número de puntos de recarga sigue siendo un gran factor a tener en cuenta a la hora de decidir comprar un coche eléctrico. Como refleja el citado estudio de la Universidad Pontificia de Comillas, a día de hoy España cuenta con apenas 5.221 puntos de recarga en la red, lejos de los 39.200 con los que cuenta Holanda, los 25.479 de Francia, los 28.377 de Alemania o los 12.622 de Noruega, pero lejos de las apenas 1.600 estaciones distribuidas por la vecina Portugal, las 3.824 de Italia o los irrisorios 51 puntos de recarga con los que cuentan en Grecia.

Puntos de recarga en zonas rurales: mapa de una ausencia

Mientras Barcelona y Madrid despuntan como las provincias donde más se apuesta por este tipo de medios de transporte -que obtienen el distintivo cero emisiones o eco para circular, por ejemplo, por Madrid Central-, en el resto del territorio nacional, el avance del coche eléctrico es mucho más lento.

Decidir comprar (o no) un vehículo de este tipo es solo el principio. Porque ¿y si en tu pueblo o comarca no hay puntos de carga? ¿Dónde puedes recargar la batería cuando quieras hacer un viaje largo por las carreteras españolas? Según Electromaps, aplicación que ayuda a los usuarios del coche eléctrico a encontrar dónde cargar sus baterías, en España los puntos de carga para este tipo de vehículos «se reparten en cerca de 5.000 ubicaciones diferentes y cada una de ella puede disponer de uno o varios enchufes, ya sea de carga rápida o normal». El problema, explican desde la app, radica en que «la mayoría de ubicaciones se encuentran en núcleos urbanos con densidades de población altas o, cada vez más, en hoteles de zonas turísticas, ya que su instalación requiere un desembolso de dinero considerable y no siempre es rentable».

A pesar de ello, no hay provincia ni ciudad autónoma en la que no podamos encontrar varias instalaciones. Por ejemplo, la provincia de Barcelona dispone de 749 localizaciones con 2.640 conectores disponibles, lo que la convierte en la más preparada para acoger el nuevo modelo de movilidad. Por su parte, Lugo se presenta como la menos equipada –sin contar las ciudades autónomas–, con tan solo 15 ubicaciones que acogen 31 enchufes, todos ellos concentrados en la capital y sus inmediaciones.

puntos de carga coches electricos en Espana

Aunque, incluso en las zonas más despobladas del país, ha habido un incremento de puntos de carga públicos para vehículos eléctricos en los últimos años, las zonas rurales son, una vez más, las más castigadas con su escasez. Incluso en el interior de esas provincias, son los lugares más turísticos y aquellos con más población los que concentran opciones más variadas de carga, mientras que grandes superficies de territorio no tienen ningún punto para hacerlo. Para intentar poner fin a este problema, en el último año han aparecido diferentes iniciativas públicas y privadas que pretenden aumentar a 25.000 los puntos de recarga en todo el territorio durante los próximos dos años.

«Desde hace un par de años se ha disparado la aparición de puntos de carga en todo el país», explican desde Electromaps

Desde Electromaps llevan diez años recopilando datos y creando estadísticas para que la movilidad eléctrica esté al alcance de todos y reconocen que la instalación de puntos de carga «siempre se ha dado con cuentagotas». Sin embargo, la emergencia climática y la apuesta, cada vez mayor, por otro tipo de medios de transporte menos contaminantes y verdes ha hecho que desde hace un par de años se dispare la aparición de puntos de carga en todo el país, «en parte debido a las legislaciones favorables a este tipo de transporte y a la apuesta de instituciones públicas y empresas privadas que impulsan un nuevo tipo de movilidad», como aseguran desde la plataforma catalana, que augura «un incremento drástico tanto de ubicaciones como de enchufes en todo el territorio nacional, incluido en las zonas rurales» en 2020.

No disponemos de una bola mágica capaz de predecir hasta dónde avanzará el coche eléctrico en España o si las gasolineras y áreas de servicio serán pronto un fantasmas. Sin embargo, si se cumplen las previsiones -y, lo que es más importante, los objetivos marcados por España y Europa- de descarbonización, la movilidad sin emisiones se configura como uno de los principales retos de una transición energética que, para que sea justa, deberá llegar a todos los rincones de nuestro país… también por carretera.

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