Opinión

‘Silver surfers’: el futuro laboral es para los mayores de 40

El futuro será para los robots y la inteligencia artificial, sí, junto con quienes sean capaces de surfear las constantes olas de cambio que están por llegar. La periodista y consultora Raquel Roca analiza las nuevas posibilidades de los trabajadores veteranos en su libro ‘Silver surfers’ (Lid).

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20
mayo
2019

La tasa de envejecimiento en los países europeos se ha triplicado en los últimos cuarenta años. ¡Triplicado! España, por ejemplo, ya es el país más saludable del mundo y el que tiene mayor esperanza de vida ¡incluso por delante de Japón! En 2040 llegaremos a los 86 años de media según el Bloomberg Healthiest Country Index de 2019. Eso sí, con poca gente joven en la población: en 2065 el 40% serán personas mayores de 65 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Brutal. Muchos países del continente asiático llevan ya el mismo recorrido: en veinte años China tendrá más personas en edad de jubilarse que toda la población de Estados Unidos. Por no hablar del continente americano. México, por ejemplo, envejece aceleradamente, con una población de mayores de 65 años que aumentará hasta un 16,2% para 2050. Igual de rápido que Chile, cuya tasa de fecundidad, el promedio de hijos por mujer, ya está por debajo del 1,79%. Por no hablar de Uruguay, Brasil, Costa Rica o Panamá, que están a punto de agotar su bonus demográfico.

Una enorme parte del mundo ha dejado de tener hijos. Por otro lado, hemos conseguido vivir más, vivir mejor. La edad biológica del ser humano se está alargando hasta los cien años. Es más, el 50% de nuestros niños actuales será centenario el día de mañana. Impresionante.

Feliz y larga vida hasta los ochenta o noventa y pico años… Sí. Pero, por favor, que sea en una posición de cierta libertad financiera y prosperidad. Realizados. Con significado. Digitalizados. Generando. Haciendo. Cotizando. Construyendo. Y derribando. Amando. Sintiendo. Creando. Innovando. Disfrutando. Sumando. Aprendiendo. Colaborando. Compartiendo. Con-viviendo. En activo, aportando valor. Bien, eso es ser knowmad.

Pero si además te toca añadir el plus de la edad (más de 40, 50, 60 años), aparecen inevitablemente nuevas reflexiones y responsabilidades en el horizonte laboral. Porque el tiempo de repente apremia y el futuro adquiere un nuevo significado. Porque cuando ya no todo vale lo que te pide el cuerpo es calidad. Porque es precisamente en esta parte de la vida cuando aparece la maldita o bendita crisis existencial. Y ya no queremos tirar para adelante como el correcaminos; necesitamos significado. Propósito. Y unas cuantas políticas de teletrabajo y flexibilidad también, ya de paso. Porque te notas más sabio. Y más diablo. Porque la mochila de la experiencia nos viene que ni pintada cuando estamos rodeados de otras generaciones más jóvenes –milenials, generación Z…–, pero qué bien nos sienta también recibir transfusiones de ideas nuevas, irreverentes y frescas. Porque llevamos toda la vida tomando el café con los de siempre, pero va a ser que toca pasarse al cóctel intergeneracional, compartiendo la guinda del conocimiento. Porque cuando eras joven y buscabas trabajo te preguntaban qué experiencia tenías, y ahora, que experiencia te sobra, van y te quieren prejubilar…

«Cuando seamos mayores, mayores de verdad, queremos seguir siendo significativos, visibles, brillantes»

Porque cuando haces cálculos sobre tu pensión futura no te salen las cuentas. Porque, aunque te salgan, aún te queda mucho que aportar. Porque a veces creemos que estamos tan de vuelta de todo que acabamos sin querer otra vez en la casilla de salida, y nos toca empezar de cero. Y nos morimos de miedo… Para finalmente asomar la nariz por la ventana de la reinvención, de la segunda carrera o del emprendimiento. Y otra vez a comerse el mundo.
Porque el futuro de los viejos sistemas y las viejas mentalidades han dibujado para nosotros ya no encaja con nuestra realidad. Porque cuando seamos mayores, mayores de verdad, queremos seguir siendo significativos, visibles, brillantes. Porque sabemos qué difícil resulta tener un propósito de vida en una cultura que nos dice que ser mayores es viajar hacia la invisibilidad. Pero justo por eso –si lo sabemos hacer bien hoy– nos van a necesitar. Nuestra larga vida laboral nos invita y obliga a desarrollarnos como trabajadores ágiles, en continuo (re)aprendizaje para convertirnos en exploradores de soluciones (solvers explorers) de lo desconocido. Y estaremos preparados. Ahora es el momento de hacer piña para potenciar el cambio que el entorno profesional asociado a la edad aún requiere –empezando por nosotros mismos– y poder así diseñar y planificar adecuadamente nuestra longevidad.

El futuro será para los robots y la inteligencia artificial, sí, junto con quienes sean capaces de surfear las constantes olas de cambio que están por llegar. Todo esto es ser silver surfers. Profesionales knowmads, solo que de cabello y talento plateado (el color blanco grisáceo de la plata y el valor preciado del metal), que deben hacer frente a una longevidad profesional activa con la que casi nadie contaba. Constructores y receptores de una nueva economía, personas que se preocupan y comprometen con mejorar el entorno profesional y económico de las personas con más edad.

Generación sénior, goldworkers, generación U (unretired), viejennials, generación de las canas… Ponle el nombre que más se acomode a ti. Personalmente, –como defensora de los términos que transmiten buenas vibraciones–, ya que cronológicamente me toca ser silver sí o sí, escojo que la forma de vivir esta etapa sea surfer: por la libertad de poder elegir y construir el futuro que nos merecemos, por el talento que nunca debemos dejar de pulir y por la energía que hay que cuidar y tangibilizar, por seguir estando en la cima digital, por tener la flexibilidad para adaptarnos a lo que vaya llegando, la fuerza para cambiar todo eso que juntos debemos cambiar y la sabiduría para aceptar que los eurekas de la vida aparecen cuando se potencia la diversidad intergeneracional… Y si me apuras, hasta ver en la oscuridad y transportarnos a otras dimensiones como nuestro colega de Marvel…

Es el momento de repensar no solo qué significa trabajar, sino la naturaleza misma del trabajo. Construir una buena vida longeva activa y participar en la concienciación social de que sumar años nunca resta, multiplica.

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