Economía

«La sociedad de consumo no está preparada para un cambio radical»

La directora mundial de Sostenibilidad de L’Oréal, Alexandra Palt, nos da una visión muy personal de cómo concibe la lucha contra el cambio climático.

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18
septiembre
2017
Loreal

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«Al contrario de lo que muchos piensan, la gente aún tiene capacidad para luchar. También contra el cambio climático». Esta frase, surgida durante la entrevista, define muy bien el talante de Alexandra Palt (Viena, 1972), directora mundial de Sostenibilidad de L’Oréal: es de esas personas inspiradoras, que piensan que las cosas siempre están a tiempo de cambiar. Una idea que la ha acompañado desde que se licenció en Derecho para especializarse en Derechos Humanos con Amnistía Internacional, en Alemania. Después se metió de lleno en la responsabilidad social corporativa (RSC), participó en HALDE, una organización francesa por la igualdad de oportunidades y la no discriminación, y en 2008 fundó Fabric of Society, una consultora estratégica que trabaja con grandes compañías para afinar sus estrategias de RSC, concretamente, las que se refieren a la sostenibilidad.

Con este bagaje dio el salto a L’Oréal, para reestructurar y dirigir el área de sostenibilidad de la compañía. Durante la conversación, justo después de su conferencia en el el foro CSR Spain 2017 de Forética, hablamos de las nuevas políticas de la empresa para ser más respetuosa con el medio ambiente y aportar a la sociedad más allá de su actividad económica, y nos da su peculiar visión sobre la lucha contra el calentamiento global: es optimista, pero no exenta de realismo.

No tenía preparada esta pregunta, pero la actualidad me obliga a hacérsela, como experta en sostenibilidad: anteayer, México sufrió un terremoto devastador. Algunos científicos ya relacionan la intensificación de este y otros desastres naturales con el cambio climático. ¿Cree que la sociedad es consciente de la magnitud del problema?

Muchas veces, me pregunto a mí misma: ¿Qué nos hará llegar a un punto de inflexión que nos haga entrar definitivamente en otro modelo de sociedad de consumo? Están sucediendo muchas iniciativas, incluso transformaciones en ese sentido. Pero la verdad es que, en mi opinión, estamos lejos de ese punto de inflexión. Y yo me pregunto cuándo llegará realmente ese momento. Y qué tiene que pasar para que todo el mundo decida, de una vez, cambiar. Hablo de un cambio radical, de paradigma. Creo que el mundo aún no ha tomado conciencia real de la magnitud del problema. Gran parte de la sociedad está convencida de que la tecnología y la innovación solucionarán nuestros problemas, y los de las generaciones venideras. Pero no son conscientes de lo rápido que puede venir el desastre del cambio climático.

Sin embargo, usted ha dicho en su conferencia que confía en la generación millennial, que son consumidores más responsables y tienen más conciencia de la importancia de cuidar el mundo en el que viven.

Soy optimista. Pero también creo, como dices, que es necesario ese cambio de paradigma. Pero por el momento, no va a suceder. La gente no está preparada para eso. Por muchos desastres naturales que nos asuelen, y que su intensificación tenga su origen en el calentamiento global, creo que la gente no está preparada para abandonar sus hábitos de consumo, ni la sociedad para renunciar al máximo crecimiento económico. Hablamos de un modelo en el que no se generen residuos. Es un cambio de estilo tan radical que la gente, pienso, no está preparada para eso. Y me incluyo. Yo conduzco un coche híbrido, y reciclo, y suelo comprar comida biológica. Y son medidas positivas, pero no suficientes.

Usted trabaja en una gran compañía cuyo sector se percibe como contaminante. La industria tiene una gran responsabilidad con el medio ambiente. ¿Cuál es la postura de L’Oréal en este sentido?

Tengo que decirte que mi CEO, Jean-Paul Agon, es una persona valiente, porque si no, no habría tomado las decisiones que ha tomado. El 82% de los productos lanzados o renovados en 2016 ha mejorado su perfil social o medioambiental. En 2020, el 100% tendrá un beneficio social o medioambiental. En cuanto a su producción, reduciremos en un 60% las emisiones de CO2 en términos absolutos, de consumo de agua y de generación de residuos por producto terminado. También llevamos a cabo campañas para concienciar a la sociedad y la opinión pública sobre el consumo sostenible. Es algo necesario, como te decía antes, y un paso imprescindible para ese punto de inflexión del que te hablaba.

También han reducido las emisiones de CO2 de sus oficinas en 2016 en un 67% respecto a las de 2005. ¿Cómo lo han lo han logrado?

Lo hemos hecho de diferentes maneras. Aumentando la eficiencia energética en nuestros edificios, también concienciando a nuestros empleados. Aparte, cada vez más, nos abastecemos de energías renovables, e innovamos con nuevas posibilidades como la biomasa, paneles solares, etcétera.

Todo esto, respecto al medio ambiente. ¿Qué acciones llevan a cabo en el ámbito social?

Nos hemos marcado el objetivo de integrar a 100.000 personas en riesgo de exclusión social en el mercado laboral para el año 2020. Así, en 2016, L’Oréal contribuyó a que 67.500 personas en países del primer y tercer mundo lograran un empleo a través de los numerosos programas del Grupo, entre los que destaca Beauty for a Better Life, materializado en España con el programa de acción social Embellece tu Futuro. Es un programa dirigido a personas en riesgo de exclusión como desempleados, refugiados, etcétera. En menos de dos años, en España, hemos formado, junto a la Fundación Tomillo, a 102 personas como asesores profesionales de belleza, y más del 70% ya se han integrado en el mercado laboral.

L’Oréal tiene más de 90.000 trabajadores en todo el mundo. Es como una pequeña población. Supongo que también tendrán medidas de concienciación con su plantilla.

Tenemos un programa que se llama Working Sustanibility, en el que cada uno puede contribuir en su espacio de trabajo: ahorrando energía y residuos, y llevando una vida sostenible. Tenemos la semana de la sostenibilidad en todos los países. Todo el año, la gente tiene que ahorrar papel en sus oficinas. Pero durante esta semana, se acentúa, y se hacen fotos para ver cómo lo han logrado, tenemos más de 4.000 de todo el mundo. En 2018 vamos a iniciar una campaña para que nuestros trabajadores practiquen la movilidad sostenible.

Todas estas medidas, y sobre todo su carácter sensibilizador, solo adquieren más relevancia si se comunican a la sociedad.

Por desgracia, en Francia la gente ve siempre a las grandes compañías como las malas de la película. La gente no está abierta a recibir los esfuerzos que hacemos por ser más sostenibles. Por eso es muy difícil comunicárselo. Lo mismo pasa con los medios de allí, que solo hablan de los aspectos negativos de las empresas. Hay un dicho africano que dice que un árbol hace mucho más ruido en un momento cuando se cae, que en 100 años creciendo. En mi país, la gente prefiere hablar del árbol que se cae. Tenemos una cuenta de Twitter, Loreal Commited, y en las redes sociales tratamos de difundir cada vez más las contribuciones positivas que hacemos a la sociedad, en todo el mundo.

Los departamentos de RSC hace tiempo que se integran, en muchas empresas, dentro de su estrategia global, y dejan de ser compartimentos estancos. ¿Cuál es la situación en L’Oréal?

Yo reporto directamente al CEO de la empresa. Antes había un gran departamento de Comunicación, Sostenibilidad y Relaciones Públicas, y ahora el de Sostenibilidad es independiente y reporta a la dirección directamente. Están bajo nuestra responsabilidad la Fundación L’Oréal y otras organizaciones filantrópicas de la empresa. Tengo un gran equipo y, en todos los departamentos de todas las marcas de todos los países, hay una persona que supervisa las políticas de sostenibilidad. Y yo intervengo en la actividad industrial de la empresa y en las estrategias de innovación.

En la consecución de los objetivos del Acuerdo de París contra el calentamiento global, las empresas son un factor clave. ¿Cree que hace falta más colaboración con el sector público?

Creo que sí, pero a nivel de ciudad y compañías. En el ámbito municipal hay instituciones que trabajan muy rápido, que hacen muchas acciones ágiles porque están muy cerca del ciudadano y los consumidores.

¿Es usted optimista respecto al Acuerdo de París?

Sí. Cuando Donald Trump ganó las elecciones no pude dormir. Estaba devastada. Pensaba que era el final de todo. Mis valores estaban muy lejos de los suyos. Estaban mucho más cerca de los de Barack Obama, incluso colaboré en su campaña. Pero tengo que decir que la elección de Donald Trump tal vez haya tenido un efecto positivo porque nunca había visto a tanta gente movilizada, tomando las calles… Yo fui una activista feminista de joven, pero pensaba que aquello ya era cosa del pasado. Sin embargo, al ver esta reacción, me di cuenta de que la sociedad aún tiene capacidad de luchar. Y eso incluye el cambio climático. Estoy trabajando con C40, una organización que empezó con 40 ciudades que se unieron contra el cambio climático. Es una iniciativa fundada por Bloomberg. Hoy son casi 100 ciudades, trabajando juntas para combatir el calentamiento global. También hemos iniciado un programa que se llama Women4Climate, y en mucha de estas ciudades, llevamos a cabo programas para de formación y para apoyar emprendedoras sociales con startups centradas en la sostenibilidad. Se está haciendo un trabajo amplísimo contra el calentamiento global. He dado conferencias al hilo de esto en Nueva York, Chicago… Y todas estas emprendedoras me dicen: «Tal vez Donald Trump se haya salido del Acuerdo de París, pero yo estoy dentro». Y lo mismo puede decirse de muchas ciudades estadounidenses, o incluso de un Estado como California, que es el más rico del país. Gobiernos poderosos como el chino, el francés, casi todo el mundo, en definitiva, está convencido de que el Acuerdo de París es necesario. Eso es un hecho.

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