Educación

«Ya vamos tarde en la lucha contra el calentamiento global»

«Nos hemos comprometido para final de siglo a que la temperatura no suba más de 2 grados y ya hemos superado el 1,1», advierte Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes.

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20
julio
2017

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A Óscar Martín le gusta echarse al monte. El consejero delegado de Ecoembes aprovecha, cuando su agenda le deja un hueco, para escaparse a la sierra madrileña y patear sus intrincadas sendas. Este último invierno, se ha encontrado con mucha menos nieve de lo acostumbrado. «Está claro que el clima está cambiando», comenta, con gesto preocupado. Fue durante una charla informal después de la entrevista, pero es complicado que una conversación con él no acabe siempre en torno al mismo tema: el medio ambiente. Su organización, dice, «lo cuida a través del reciclaje y el ecodiseño de los envases en España». Las últimas cifras lo avalan: desde que Ecoembes empezó su actividad hace 20 años, han alcanzado una tasa de reciclado del 76% en 2016.

Los resultados ofrecidos por Ecoembes generan escepticismo en algunos sectores de la población. ¿Cómo calculan esos datos?

La transparencia es absoluta. Tenemos los datos de las toneladas que se ponen en el mercado y las que se reciclan. Para las primeras se realizan 3.000 auditorias en las más de 12.000 empresas que dicen poner envases en el mercado. A partir de ahí, cada vez que se detecta una irregularidad respecto a la ley, nosotros ponemos esto en conocimiento de las Comunidades Autónomas, que son las que tienen la potestad de inspección y de sanción. Luego tenemos las cifras que se reciclan: el 86% de las toneladas que Ecoembes pone en esa ecuación (17,9 millones) proceden de las administraciones locales, que a su vez tienen que provenir de básculas calibradas, homologadas y certificadas, que son objeto de inspección. El 14% restante proviene de gestores de residuos que están debidamente homologados y certificados por las Comunidades, sometidos a su régimen de inspección y control, y que son recogidas de eventos deportivos o musicales, campings y hoteles, entre otros sitios. Una vez aportadas estas cifras, nosotros hacemos el compendio y lo remitimos a cada Comunidad Autónoma, que a su vez lo pueden verificar y las remiten al Estado español, que a su vez las remite a Europa.

En 20 años, las cosas han cambiado mucho, pero los vertederos de deshechos siguen siendo, por desgracia, una imagen habitual en nuestro país. ¿Hace falta más regulación para acabar con esto?

Ahora hay mucho más consenso del que había sobre dónde tienen que estar esos residuos. Se ha recorrido mucho, pero para acabar con esta situación es necesario que se implanten los flujos de reciclaje a todo tipo de residuos y de manera obligatoria, algo que no existe hoy para la totalidad. Haría falta que cada uno de los flujos se reciclen obligatoriamente y que se hagan en cada punto en donde se generan, no solo en la vía publica.

Siempre nos miramos en los países escandinavos. ¿Es un tema de diferencia de mentalidad entre el Norte y el Sur?

Recientemente, Eurostat publicaba que España estaba en séptimo lugar entre los 28 países en gestión de residuos, por encima de Finlandia o Noruega. Volvemos al tema de las cifras. No sé qué método han utilizado estos países. En la globalidad de los residuos, España está por encima de países como los mencionados, aunque sí te diré que hay un elemento diferencial en el ciudadano escandinavo: la educación ambiental. Desde Ecoembes, estamos insistiendo en que los españoles no somos ciudadanos de segunda frente a los nórdicos. Solo hace falta un compromiso en materia ambiental, sobre todo en los más jóvenes. Esto significará que estaremos creando una mejor sociedad futura, que sea más proactiva para crear conciencia alrededor de este tema. Por eso, apelamos a una asignatura en los colegios en material medioambiental, es algo urgente y necesario. Por nuestra parte, tenemos en marcha varios programas de educación en este sentido.

¿Cuál es el papel del reciclaje, y la implicación de Ecoembes en los Acuerdos de París?

El papel de la economía circular es muy importante. La Comisión Europea, junto a la Fundación MacArthur, estima que podríamos alcanzar a través de la implantación de la economía circular hasta un 4% de reducción de las emisiones. Todo suma. A través del reciclaje, nosotros estamos apostando por el aprovechamiento de recursos de materia de fuentes renovables, en este caso lo hacemos con el propio reciclaje de los productos, que no proceden de la extracción de los recursos naturales. Esto tiene un ahorro de los procesos productivos. Solo con lo que Ecoembes gestiona, que es un total de un 8% de todo lo que producimos como residuos municipales, ha conseguido ahorrar 16 millones de toneladas de CO2 durante 15 años, que es equivalente a las emisiones de una ciudad como Sevilla durante ocho años. Esto nos está dando un orden en la magnitud de la importancia que tiene el reciclaje. Los Acuerdos de París fueron un acuerdo de todos para que todos sumemos desde los sectores de los que venimos.

Entrevista Oscar Martin Ecoembes

¿Le preocupa la salida de Estados Unidos de ese acuerdo?

No cabe duda que esto no ha sido una buena noticia. Solo tenemos un planeta y esto es un paso atrás de cara al futuro. Con los programas previos que Estados Unidos tenía al Pacto de París, se alcanzaba casi un 28% de la reducción de emisiones. Pero con todo, París es un antes y un después, en el cual hemos movilizado a la sociedad internacional, y reacciones como las de la Comisión Europea fueron fantásticas. El mundo sigue aunque Donald Trump quiera salirse del acuerdo. La decisión es un paso atrás por parte de un Gobierno, que no de un país, y también confío en que haya una recapacitación sobre la relevancia que tienen estos temas. La escenificación con el G20 también ha sido importante para ver que Trump se vuelve a quedar solo en estas decisiones. De hecho, matizó la posición respecto al cambio climático, dijo que lo iban a revisar y, por tanto, quiero pensar en positivo. En cualquier caso, con o sin Estados Unidos, vamos tarde. Nos hemos comprometido para final de siglo a que la temperatura global no supere un incremento de 2 grados y ya vamos superando el 1,1 y solo estamos cerca de 2018. Hay un paso importante en París, hay que seguir ese camino porque no hay vuelta atrás, no hay otro planeta.

Basan su actividad en la economía circular, un concepto que aún hoy es aspiracional. ¿En qué punto estamos en esta transición desde la economía lineal?

Estamos en un punto de no retorno. Por fin las políticas ambientales comienzan a ponerse en la agenda, y no solo por el Acuerdo de París. Si lo trasladamos al caso de España, ya nos encontramos con iniciativas como la del año 2015 sobre el lanzamiento del plan estatal en el marco de residuos, en el que ya se está hablando de una verdadera economía circular, donde la colaboración público-privada se está plasmando como una herramienta necesaria para poder alcanzar esos objetivos… Dicho esto, estamos en ese camino, pero falta mucho. Hay que acelerar el ritmo, no podemos seguir como estamos. En primer lugar, debemos empezar a establecer un sistema de estadísticas fiables que sean homogéneas para todos los Estados miembros, y por supuesto para el caso de España, que nos permitan saber con total certeza dónde estamos. Antes teníamos en Europa cuatro sistemas de cifras de reciclaje, esto no nos permitía poder hacer cosas comparables y, por tanto, tener estrategias, porque no sabemos la fiabilidad del resultado que nos está dando. Por fin hay un acuerdo que establece un único método para esas estadísticas. De hecho, Ecoembes lleva tres años y medio proponiéndole al Gobierno un sistema de certificación de cifras. Para saber dónde estamos son fundamentales las estadísticas, a partir de ahí deberíamos empezar a impulsar la economía circular a todos los flujos de residuos. En segundo lugar, no puede ser que España pretenda alcanzar los objetivos previstos para 2020 ó 2030 tan solo actuando sobre un 15% de los residuos, que son el 8% de Ecoembes y el resto que está gestionando el sistema integrado de gestión de Ecovidrio. Es imposible. Es fundamental que todos los flujos se sumen bajo el modelo que tenga que ser. Hoy tenemos flujos de residuos como los textiles que son un 7% sobre los que no se actúa. Tenemos otros flujos como el orgánico, que genera prácticamente un 40%, o las celulosas o productos y enseres. En definitiva, hay mucho que hacer. En tercer lugar, hay que actuar sobre políticas fiscales. Hay países que están dando resultados por encima de lo esperado. Estoy hablando de pagos por generación u otras políticas rompedoras en este sentido. Además, es fundamental la educación transversal que inyecte civismo y transfiera la importancia que tiene la sensibilidad ambiental en todo los ciudadanos. También el impulso a la compra pública verde. Si desde las administraciones, que es desde donde actuamos, no se da el ejemplo, el ciudadano tardará en creer en ello. Tenemos que dar un verdadero impulso, y para conseguirlo tenemos la innovación. Nosotros llevábamos educando muchos años, pero en innovación hemos puesto en marcha The Circular Lab, primer laboratorio europeo de economía circular, que pretende ser una primera fase para trabajar sobre tres cuestiones muy necesarias: las ciudades inteligentes en la gestión de los residuos, el ecodiseño y la ciencia ciudadana.

Menciona la colaboración público privada en nuestro país. ¿Considera que aún no es suficiente?

No, pero es del todo posible. En estos 20 años, Ecoembes ha construido tres ejes: colaboración, educación e innovación. En la colaboración somos un ejemplo de lo público-privado y mayoritariamente creo que los modelos están yendo en este sentido. Esto es fundamental. Por un lado, aporta la búsqueda de soluciones conjuntas entre dos patas necesarias, la que mayoritariamente da los servicios a los ciudadanos y la que tiene capacidad de generar inversión y eficiencia y fomenta la innovación.

Entrevista Oscar Martin Ecoembes

Se ha referido a los objetivos marcados por Europa para 2020. El de Ecoembes es una tasa de reciclaje de envases del 80%. ¿Lo ve realizable?

En 2015, la economía europea ha crecido un 4%, no así las emisiones. Pero el consumo también se ha disparado. Por tanto, en la ecuación hay que recoger las toneladas de más que consumimos. Todavía tenemos Comunidades Autónomas donde se están recuperando del orden de 20 kilos de envases por habitante y año en el contenedor amarillo, y otras donde vamos todavía más rezagados donde estamos en torno a los 10 y 11 kilos. El sistema tiene mucho recorrido por hacer. Las primeras cifras de 2017 nos están diciendo que sigue creciendo el compromiso de la recogida selectiva, y quiero ser positivo en que alcanzaremos ese 80%.

En España hay muchos SIG (Sistemas Integrados de Gestión) que se dedican a diferentes tipos de residuos. ¿No sería necesaria una actuación transversal entre todos para crear sinergias y ser aún más eficaces?

La entrada de las SIG ha sido relativamente reciente. En esas primeras fases su prioridad todavía es crear la infraestructura desde un punto de vista de financiación de ese modelo y, segundo, de las infraestructuras para que los ciudadanos puedan contribuir. Y ahora es cuando estamos viendo esas sinergias, de las que destacaría dos puntos: tenemos que reforzar las campañas de comunicación. Hay un aspecto que me gustaría aprovechar de esa relación que se ha creado a través de los SIG, que puede verse en nuestras colaboraciones con Ecovidrio, y debería extenderse: ampliarla a todo los flujos de residuos, también los que aún hoy no se gestionan.

Hay empresas que quieren introducir el SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de Envases). Proponen complementar a organizaciones asentadas como Ecoembes. ¿Cuál es su postura al respecto?

Todas las iniciativas de reciclaje son buenas, pero hay que ver, desde Europa, el análisis ambiental, social y económico de esas iniciativas. Y una vez analizada ves que es rotundamente falso que el sistema de depósito reúna los requisitos para mejorar o completar el sistema actual. Europa tiene una cátedra Unesco del ciclo de vida que se basa en una metodología científica aprobada por Bruselas, junto con el compendio, de todos los países, de cómo hacer un análisis sobre un modelo, en este caso de gestión de residuos. La ciencia dice que este modelo suspende cuatro de las seis categorías ambientales. Al ciudadano le dicen que le pagarán por reciclar, pero no es verdad. Usted paga primero, y si es bueno, lo devuelve. El sistema necesita que un 40% de los ciudadanos no vuelvan a la tienda a que les devuelvan el dinero porque si no, quiebran. Esto está en sus propios estudios, pero no lo dicen. Y no es sostenible. El ciudadano, en las encuestas, ha suspendido el sistema en un 78%. Económicamente, hacerse cargo de un 9% del 8% de residuos que nosotros gestionamos, es decir, no llega al 1% del total, supone un gasto de 1.700 millones de euros. Para gestionar los residuos municipales en toda España, apenas se gastan 2.400 millones de euros. Es una barbaridad. La realidad es que hay países que han prohibido esto por ley, como Francia o Italia, hay otros que lo están desmantelando como Holanda. Los promotores comerciales mienten a los políticos y a los ciudadanos.

Dicen que su actividad genera más de 40.000 puestos de trabajo «verde» en España. ¿Podría aclarar este concepto?

Para poder reciclar un envase, alguien ha debido fabricar el contenedor y recogerlo. Ese contenedor se ha llevado a una planta donde hay personas que clasificarán los residuos, alguien ha fabricado esas plantas de tratamiento, donde España es líder europeo en tecnología, por cierto. Después, esto debe transportarse. Este material se va a plantas de reciclaje donde hay mano de obra para poderlo transformar botellas de PET en forros polares, las llantas en bicicletas, etc. Ecoembes realizó junto con la Universidad Carlos III y la Universidad de Málaga un estudio para cuantificar toda la cadena y el resultado fue 42.600 puestos de trabajo generados por ese pequeño gesto de los ciudadanos. Tenemos un motivo más para apostar por este sistema, que, por cierto, se basa en la colaboración público-privada.

En una etapa en la que abunda el empleo precario en nuestro país, ¿cómo garantizan que esos puestos de trabajo cumplen con un salario y contratos dignos, medidas de seguridad, etcétera?

La gestión de la recogida y el tratamiento está en manos de la Administración. Con la limitación de donde actuamos, una de las exigencias que pedimos a los recicladores es que estén dados de alta como gestores de residuos autorizados. Hacemos dobles auditorías: una técnica y otra administrativa, que es donde verificamos el alta de los trabajadores en estas fábricas y este tipo de cuestiones que comentas. No se puede ser responsable con el medio ambiente si no lo eres socialmente.

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