Cambio Climático

Madrid, la capital asmática

Madrid es la ciudad con la peor calidad atmosférica de España, y una de las 30 más contaminadas de Europa. Desde 2010, incumple la normativa comunitaria.

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28
febrero
2017

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Desde el Consistorio madrileño dan una buena noticia y otra mala. La primera es que ya se están adoptando medidas puntuales para contener los episodios en los que la contaminación se dispara hasta límites inaceptables para la salud humana y para la normativa comunitaria. En cuanto a la mala: «Esto no resuelve el origen del problema, que no es otro que el modelo de ciudad en el que vivimos».

Según datos la Unión Europea, Madrid y Barcelona son las ciudades con peor calidad de aire de España. Y en concreto, una de las estaciones de medición de la capital, situada en la zona de Fernández Ladreda, es la que supera con mayor margen el límite anual de emisiones de dióxido de nitrógeno impuesto desde Europa. Madrid está entre las 30 ciudades más contaminadas de nuestro continente. La única urbe española que aparece en este listado. El escenario es de extrema gravedad: según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, hace dos años se produjeron más de 70.000 muertes prematuras en Europa por la mala calidad del aire. Por primera vez, este promedio anual superaba en tres veces al número de fallecidos en accidentes de tráfico.

«El Madrid que me encontré era una ciudad en tensión debido a la contaminación, la ocupación del espacio por el tráfico motorizado y la insuficiencia de los medios para mantener tanto la limpieza como las zonas verdes y el arbolado, cuyos recursos se habían ido reduciendo en los últimos años en cerca del 50% a partir de la entrada en vigor de los contratos integrales», explica en declaraciones a Ethic la delegada del Área de Gobierno de Medioambiente y Movilidad, Inés Sabanés, en su cargo desde hace poco más de un año, y recuerda: «Madrid incumple la Directiva Europea de Calidad del Aire desde su entrada en vigor en 2010, sin que se hubieran tomado medidas efectivas para reducir la contaminación procedente, en su mayor parte, del tráfico motorizado».

El Ayuntamiento tiene entre sus retos más difíciles revertir esta situación, cuya complejidad reside en ese cambio de modelo de ciudad que mencionan. «Para esa transformación, y conseguir un aire más limpio y sano, con una movilidad de menos emisiones, es necesario poner en marcha medidas permanentes y estructurales. Por ello, el Área de Medio Ambiente y Movilidad está trabajando en un ambicioso Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, que se someterá en breve a aprobación e información pública», anuncian desde la concejalía.

Por el momento, llevan a cabo acciones puntuales que, aparte de reducir la contaminación atmosférica (de forma aún insuficiente) promueven un cambio de mentalidad. «Medidas como Pasea Madrid los domingos en el Paseo del Prado, la reducción del tráfico en Gran Vía o la propuesta de un Área de Prioridad Residencial en el Distrito Centro mejoran la calidad del espacio público, y entiendo que tienen un apoyo mayoritario de la ciudadanía», apunta Sabanés.

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El propio Ayuntamiento pretende predicar con el ejemplo. «Desde el pasado 1 de enero, la energía eléctrica que consumen las dependencias municipales es 100% renovable. Además, hemos destinado más de un millón de euros para mejorar la eficiencia energética en edificios y equipamientos municipales. Y para nuestra flota de vehículos, hemos adquirido modelos menos contaminantes, como los 109 nuevos camiones de recogida de basuras que empezaron a funcionar con el nuevo contrato el pasado 1 de noviembre». También están adquiriendo vehículos eléctricos para uso municipal, y fomentando a la vez su uso entre los ciudadanos, con campañas e incentivos como bonificaciones o aparcamiento en el centro de la ciudad exento de tarifa.

El cambio climático también atañe a Madrid

La reducción de la pluviometría, las olas de calor y los fenómenos extremos como precipitaciones escasas pero de intensidad muy elevada son síntomas del efecto del calentamiento global en la capital. «Frente al impacto del cambio climático, tenemos un programa que presenta la visión de una red urbana de soluciones naturales, con un sistema de infraestructuras verdes y azules bien desarrollado que enlaza espacio público, parques, áreas naturales y edificios con cubiertas y fachadas vegetales, contribuyendo en su conjunto a la resiliencia de la ciudad frente al calentamiento global», dicen en el Ayuntamiento.

El reciclaje también está entre sus prioridades, como una de las soluciones a una ciudad con un problema de basuras crónico: «Nuestro Plan de Gestión de Residuos se ha elaborado en el marco del compromiso adquirido en Europa para reducir el 20% de generación de residuos, y alcanzar el 50% destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado antes de 2020», informan desde el Ayuntamiento.

«Quiero un Madrid que respire aire limpio y recupere sus paseos y espacios peatonales», dice Sabanés. «Un Madrid que renueve el arbolado, evitando los riesgos que implica la falta de un mantenimiento adecuado. Un Madrid más cívico, y por lo tanto más limpio y amable, en el que todos, la institución, los colectivos y las personas, cuidemos la ciudad como algo propio de lo que debemos sentirnos orgullosos». No cabe duda de que el Ayuntamiento tiene por delante una labor hercúlea, y al mismo tiempo necesaria, y cuatro años no dan mucho de sí. Solo cabe esperar que las medidas comenzadas no se interrumpan con el próximo mandato, gobierne quien gobierne.

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