Internacional

¿Le viene bien Trump a las bolsas?

El descalabro en los mercados bursátiles que anticipaban muchos analistas ante la llegada de Donald Trump no se ha producido, y el Dow Jones marcó la semana pasada máximos históricos.

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
07
febrero
2017

Artículo

Poco antes de la victoria electoral de Donald Trump existía unanimidad monolítica en los analistas financieros de todo el mundo: si el magnate empresarial llegaba a la Casa Blanca, el descalabro de los mercados bursátiles sería una consecuencia incontestable. Los motivos esgrimidos para ese pronóstico eran casi siempre los mismos: durante la campaña electoral, Trump se había posicionado en contra de los tratados comerciales, con un intocable como el Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) en su punto de mira, y varias veces amenazó con su derogación. También criticó duramente la actuación de la Reserva Federal e insinuó políticas para subir los tipos de interés, una medida que desfavorece la inversión y el consumo. Habló, además, de obligar a las empresas estadounidenses a producir sus productos en el país, lo que podría desembocar en una rebaja de sus márgenes y beneficios, y prometió un recorte de impuestos masivo.

Los analistas aseguraban que todas estas medidas traerían consigo una recesión en la economía provocada por las fuertes caídas en bolsa, pero la realidad ha sido, y es, pertinaz en desacreditar sus pronósticos: ya desde el anuncio de la victoria, el Dow Jones (índice bursátil con más seguimiento en Wall Street) empezó una senda alcista que le llevó, la semana pasada (un par de meses después de las elecciones) a superar por primera vez en su historia los 20.000 puntos.

Si bien es cierto que la misma noche electoral, cuando empezaron a conocerse los resultados oficiales, algunas bolsas mundiales, como las asiáticas, sufrieron caídas notables, estas volvieron a estabilizarse rápidamente. Y el Ibex 35 amaneció, ya con el nuevo presidente electo, favorecido por un pequeño repunte, provocado por la ascensión de Bankia tras las declaraciones de Luis de Guindos, en las que apremiaba a privatizar los bancos nacionalizados. Una situación totalmente ajena a los devenires de la política estadounidense, en cualquier caso.

¿Cómo pudimos estar tan equivocados?

El economista Daniel Lacalle lo resume en tres palabras: sesgo de confirmación. «Se llama así a un consenso generalizado en el que todo el mundo inversor, y cuando digo todo es todo, no solo estaban convencidos de una realidad, esto es, la victoria de Hillary Clinton, sino que en su empeño por autoconvencerse, negaban el otro posible escenario, la victoria de Trump», explica. Técnicamente, ese concepto financiero lo que produce es una exposición en el mercado hacia el evento contrario al que la mayoría esperaba, lo que da lugar a un rally [tendencia al alza muy pronunciada de las bolsas] espectacular. «La bolsa no habría reaccionado así de pensar que Trump tenía posibilidades de ganar», prosigue Lacalle. «Por su negación absoluta a esa realidad, los operadores estaban en una posición fuera del mercado. Antes de las elecciones hubo un descenso de las bolsas, porque hubo mucha venta. Existía mucha percepción de riesgo, al asumir la victoria de Hillary, que incluía en sus planes la subida de impuestos, un recorte de beneficios para las empresas. Y entonces, inesperadamente, aparece Trump. Los volúmenes de compra fueron bajos, pero cuando a eso se añade un proceso de venta anterior, provoca que se lance la bolsa para arriba», explica. El discurso del actual presidente tras su victoria, además, favoreció el efecto trampolín: cambió la dureza que había mostrado en campaña por una actitud más conciliadora, y trasladó un mensaje (falso, a la vista de sus políticas posteriores) de unidad.

Además, las promesas de Trump, más allá del escenario de impredecibilidad al que conduce su mandato, contenían, ya desde la campaña, dos buenos cartuchos para animar a las bolsas: la bajada de impuestos a las empresas, que se traduce automáticamente en un aumento del valor de sus acciones, y la inversión masiva en infraestructuras. «Cualquier medida para reactivar una economía, la estadounidense, que se estaba ralentizando preocupantemente con el mandato de Obama, iba a ser saludada por los mercados bursátiles», explica Lacalle, pero advierte de consecuencias bajistas en el futuro: «Trump amenaza con entrar en una guerra comercial, y eso siempre conlleva consecuencias inflacionistas, y la subida de los precios de las materias primas, por ejemplo. Está por ver si el efecto de la bajada de impuestos llegará a compensar esto».

Algunos especialistas alertan con lo que pudiera suceder a largo plazo, como el doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Deusto, Fernando Gómez-Bezares. «Está claro que las políticas de austeridad económica tienen una consecuencia negativa en las bolsas, al contrario que políticas expansivas como las que propone Trump. Pero endeudarse demasiado es peligroso, y la economía autárquica, como la que plantea el nuevo presidente, suele terminar por empobrecer a un país, algo que ha demostrado la historia. Tal vez Estados Unidos pudiera aguantar más, porque es un país lleno de recursos, pero el cierre de la economía respecto al resto del mundo es algo que nunca ha salido bien. Y eso acabaría también afectando a las bolsas».

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Breve historia del café

Fernando Mérida Alcántara

¿Cómo se convirtió una pequeña semilla etíope en la bebida que mantiene despierto al planeta?

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME