Derechos Humanos
Hacer solo el camino
9 de cada 10 niños refugiados que han llegado a Europa a través de Italia no están acompañados por ningún adulto. Unicef advierte sobre las crecientes amenazas de abuso, explotación y muerte.
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COLABORA2016
Nueve de cada diez niños refugiados e inmigrantes que llegan a Europa lo hacen solos. En concreto, 7.009 menores han realizado la travesía desde África del Norte hasta Italia sin la compañía de ningún adulto en los primeros cinco meses del año, el doble que el año pasado en el mismo periodo, según el informe Un peligro en cada etapa del camino publicado por Unicef.
Los niños no acompañados dependen generalmente de los traficantes de seres humanos y están sometidos a un sistema de ‘pago sobre la marcha’ (deben pagar en diferentes fases del camino si quieren seguir adelante), un sistema que les expone a la explotación. «Si tratas de escapar, te disparan y mueres. Si dejas de trabajar, te golpean. Era igual que la esclavitud», confiesa Aimamo, de 16 años, al recordar la granja en Libia donde él y su hermano gemelo trabajaron durante dos meses para pagar a los traficantes. «Una vez estaba descansando solo por cinco minutos y un hombre me golpeó con un palo. Después de trabajar, te encerraban», dice en declaraciones a Unicef.
La organización denuncia que muchos de estos niños son víctimas de abuso y explotación sexual. Los trabajadores sociales italianos afirman que tanto niñas como niños han sufrido agresiones sexuales y han sido obligados a prostituirse en Libia. Algunas de las jóvenes estaban embarazadas cuando llegaron a Italia, después de haber sido violadas.
Sin embargo, debido a la naturaleza ilícita de las operaciones derivadas de la trata de seres humanos, no hay cifras fiables sobre el número de refugiados y migrantes que mueren, que son víctimas del trabajo forzado o la prostitución, o que permanecen detenidos indefinidamente. «Es una situación silenciosa y desesperada: son invisibles y por tanto están abandonados. Sin embargo, hay decenas de miles de niños que corren peligro todos los días, y cientos de miles más están dispuestos a arriesgarlo todo», denuncia Marie Pierre Poirier, coordinadora especial de Unicef para la crisis de los refugiados y migrantes en Europa. «Necesitamos proteger urgentemente a estos niños de todos los tipos de abusos y explotación que sufren de manos de quienes se aprovechan de sus sueños».
Con el comienzo del verano, la cantidad de niños que realizan la ruta del Mediterráneo central podría aumentar de forma significativa: en Libia se encuentran actualmente otros 235.000 migrantes, de los cuales decenas de miles son niños no acompañados. Poirier advierte: «Cada país –tanto los que los niños dejan atrás como aquellos que cruzan y en los que buscan asilo– tiene la obligación de establecer sistemas de protección centrados en los riesgos que enfrentan los niños no acompañados. En la Unión Europea y otros países de destino se presenta una oportunidad para realizar reformas políticas y legislativas que impulsen más oportunidades para establecer canales seguros, legales y regulares para estos niños».
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