Cambio Climático

Alternativas frente a los malos humos

El 50% de los viajes en coche en la ciudad son inferiores a 3 kilómetros y el 10% a trayectos de menos de 500 metros. Además, el 75% de las veces que se usa el coche, lo hace una sola persona.

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23
febrero
2015

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El 50% de los viajes en coche en la ciudad son inferiores a 3 kilómetros y el 10% a trayectos de menos de 500 metros. Además,  el 75% de las veces que se usa el coche, lo hace una sola persona. En total, cada europeo pasa una media 15 días completos al año dentro de su coche. Un informe de DKV y Ecodes propone alternativas sostenibles frente a los malos humos.

El sector económico que más gases de efecto invernadero emite en nuestra sociedad es el del transporte, especialmente el que se realiza por carretera. En concreto, el coche familiar es responsable del 22,4% de nuestras emisiones de CO2.

Un dato nada despreciable al que hay que sumar la contaminación acústica que se genera en las grandes urbes y el coste económico que supone para las familias: 4.400 euros al año de media entre impuestos, peajes, mantenimiento y reparaciones.

Así lo indica el Cuarto Observatorio de Salud y Medio Ambiente de DKV que, bajo el título Bueno para ti, bueno para el planeta, pone sobre la mesa el uso abusivo que damos a nuestros vehículos: el 50% de los viajes en coche en la ciudad son inferiores a 3 kilómetros (un paseo de 25 minutos), y el 10% a trayectos de menos de 500 metros. De hecho, se calcula que el europeo medio pasa 15 días completos al año dentro de su coche.

Un desperdicio económico y ambiental que también viene motivado por el desaprovechamiento del uso compartido: el 75% de las veces que se usa el coche, lo hace una sola persona, según el mismo informe. En respuesta a este problema, han renacido iniciativas como el carsharing, una práctica tan vieja como ahora en boga, que no sólo se traduce en compartir coche con otras personas; también abarca el alquiler de vehículos por períodos cortos de tiempo, desde hacer una escapada hasta ir al supermercado. Alternativas que pretenden integrar el consumo colaborativo en nuestra vida cotidiana. Este método contribuye, sobre todo, a reducir los problemas de congestión y a optimizar el uso de vehículos que estarían parados la mayor parte del tiempo.

«Debemos usar los coches más eficientes y solo cuando sea imprescindible, olvidarnos de los modelos más despilfarradores, compartir coche, usar el transporte público siempre que se pueda, hacer los trayectos más cortos andando o en bicicleta. Acciones individuales, que al generalizarse, contribuirán a que nuestro clima no cambie de forma catastrófica», señala Francisco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción.

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Salud y bienestar

El estudio también alerta de los perjuicios que el uso abusivo del coche supone sobre la salud de las personas, y pone el énfasis en la progresiva «sedentarización de la población», que contribuye al sobrepeso tanto en adultos como en niños. Además, cerca de 26.000 personas mueren prematuramente al año por una inadecuada calidad del aire.

Iniciativas europeas como ’30 km/h por unas calles habitables’ intentan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos extendiendo ese límite de velocidad a todas las zonas urbanas residenciales, lo que haría descender la tasa de muertes en accidentes, mejorar la coexistencia en carretera con peatones y bicicletas o mejorar la calidad del aire que respiramos.

Implementar el uso de la bici también es una tarea pendiente: «La velocidad media de la bicicleta en ciudad está en torno a los 12 -15 km/ h. Además, ir en bici a un lugar de trabajo a 5 km no supone más de 20 minutos. La ida y la vuelta son 10 km diarios, que por 20 días de trabajo suman 200 km al mes. El mismo trayecto en coche particular supone la emisión de 172 kg mensuales de CO2», advierten los autores del informe.

En este sentido, Ingo Froböse, doctor en Medicina Deportiva de Colonia (Alemania) y responsable del Instituto de Salud, asegura que «quien monta regularmente en bicicleta se ahorra visitas al médico». Según los expertos, aquéllos que van en bici a trabajar o a otras actividades de su día a día tienen una mortalidad un 30% menor que aquéllos que no la usan. ¿A qué estamos esperando?

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